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Sunghoon y yo lo habíamos planeado todo de forma exitosa; nada podía salir mal.
Informamos del plan a Jay y Heeseung, quienes nos ayudarían. Jay estaba dispuesto a ello porque Sunghoon se lo dijo y este se limitó a hacer caso, aunque creo que ni siquiera sabía para qué queríamos las almas. Heeseung, simplemente, quería divertirse y de paso ayudarme.
Sunghoon compró cuatro pares de guantes para todos nosotros. Y mientras él lo hacía yo le pedí a Mina que fabricara varias estacas. No preguntó, lo que agradecí, y simplemente las hizo y me las dio. También me proporcionó un cuchillo afilado que guardaba... Algo sospechoso, pero no preguntaría.
Sunghoon, además, consiguió más armas y cinturones donde podríamos guardarlas de forma segura. No sé de dónde lo sacó. No preguntaría, de nuevo.

Por último, antes de buscar la ubicación de la fiesta, decidimos avisar a Yuna.
Queríamos su ayuda pues yo ya tenía un plan para secuestrar a unos cuantos miles de personas dentro del sitio, y para elaborarlo necesitaba su ayuda. Estaba casi segura de que me cobraría, pero no fue así. "Me apetece divertirme un rato, así que haré esto gratis. Así colaboraré para que consigas las almas con las que me pagarás", dijo. Tenía sentido, después de todo.

Posteriormente buscamos la información en mi teléfono, una vez era de noche. Casi nos ven los guardias, pues vinieron para hacer la revisión diaria, pero logramos disimular. Aún nos miraban raro al ver que éramos chica y chico en el mismo cuarto porque supuestamente estaba prohibido pero, al no ser los encargados de ello, no tenían nada que hacer en nuestra contra.
La fiesta sería celebrada en un lugar vampírico exclusivamente para eventos, con aspecto de mansión. Todo ser que habría serían vampiros a excepción de Jay y Heeseung, a quienes les pusimos colmillos falsos. Nos costó dos almas ya que Yuna sí nos cobró eso, entonces teníamos treinta y siete en la bolsa. Estábamos lejos de nuestro objetivo.

Finalmente, preparamos todo esa misma noche para irnos al día siguiente por la tarde, sin ningún tipo de obstáculo. Guardé todas las armas que había conseguido en mi pequeño bolso; una estaca, un mechero, varias navajas y el cuchillo de aspecto antiguo que me dio Mina. Sunghoon me comentó que era normal llevar maletines, pues en esos eventos algunos solían aprovechar para hacer negocios. Por ello robó uno y en él metió un bote de gasolina, un crucifijo que tuvo que meter sin mirar y utilizando guantes y la estaca que él portaba.
Jay llevaría armas y ajos, nosotros no podíamos ya que nos repelían. Heeseung lucharía con sus poderes y puños, nada más. Para él eso era más que suficiente.

...

A la mañana siguiente asistimos a clases con normalidad, a pesar de ser conocedores de la masacre que íbamos a causar por la tarde y noche en alguna parte.

Una vez era la hora, me vestí con unas botas altas de tacón y un vestido negro. No me resultaría tan fácil moverme con esa ropa, pero era necesario para disimular. Asimismo, me hice un moño alto para parecer elegante. Los chicos se vistieron de traje. Yuna conservaría su aspecto místico, pues dijo que se ocultaría con un hechizo de invisibilidad.

Nos reunimos todos en nuestro cuarto y Sunghoon les mostró a Heeseung, Jay y Yuna una foto que conseguimos del lugar.

— Tenemos que teletransportaros aquí. — informó señalando la pantalla de mi móvil —. Aquí tenéis, pasaportes falsos. Deberéis enseñarlos. — extendió la mano con los papeles.

— ¿Yuna no tiene? — preguntó Jay agarrando el suyo.

— Ella no lo necesita. Permanecerá fuera y, además, invisible. — respondí.

𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐈𝐑 | Park Sunghoon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora