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...

A la mañana siguiente, desperté con una mezcla de nervios y curiosidad. No solo por si Siwoo había respondido, lo que miraría más tarde, si no porque me darían la nota de un examen de artes oscuras.

Mi sed de sangre aumentaba, ya casi me había acostumbrado a beberla de los sobres de plasma que nos proporcionaba el instituto, pero sentía la necesidad de beber de alguien. El problema era que sólo había un humano en todo el reformatorio y no sería sencillo identificar quién era. Ese era un gran problema, ya que además para obtener más poder debía de beber sangre de alguien, y él sería la presa más sencilla si lograra saber quién era.

Me vestí, esperé a que Hoyeon también lo hiciera y salimos juntas hacia clase.
Por el camino nos reunimos con Sunghoon, con quien casi no hablé. No podía evitar recordar lo que hice la noche anterior, decirle a Siwoo que me gustaba. Sí, era cierto, tenía unos sentimientos muy confusos hacia él y podía interpretarlo así, pero una parte de mi ser seguía confusa por él. Ni siquiera sabía su verdadera razón de estar en el reformatorio, por qué entró junto a Jungwon y por qué sabía cuándo yo estaba en peligro...

Sin darme cuenta, llegamos a clase y entramos. Lo primero que hizo el profesor fue proyectar unas cosas, por lo que dejó la nota del examen para lo último. Cuando tan solo quedaban cinco minutos, la dio.

...

- ¿¡Un nueve coma noventa y nueve, estás de coña!? - Salí de la segunda hora de clase gritando a todo pulmón a Sunghoon, quien me tenía que soportar -. Ese maldito profesor me ha quitado un cero coma cero uno y ni siquiera sé por qué.

- Te habrás equivocado en algo. - se encogió de hombros.

- ¡Eso es imposible! ¡Qué rabia!

Me adelanté unos pasos de él ya que andaba con toda la velocidad que mi cuerpo cansado me lo permitía, tenía poca energía por lo que mis poderes estaban algo debilitados. Todo se solucionaría si bebía sangre directamente de un cuello humano... Algo muy tentador.

Y debido a mi despiste choqué con alguien.

- Lo sien...

- ¿Eres imbécil, o qué te pasa, idiota? - Me preguntó volviendo a empujarme -. Mira por dónde vas, estúpida.

Iba a irme sin decir nada, pero un mensaje con la voz de Sunghoon llegó a mi mente gracias a la telepatía.

"Es el humano con trastorno de conducta, y no se medica como Heeseung. Provócalo un poco y lo sacarás de sus casillas."

"¿Por qué iba a hacer eso?" le respondí.

"Para que así te acorrale en ese callejón frente a nosotros y le chupes la sangre. Jay va detrás nuestra, ya le he dicho por telepatía que mantenga la vista fija en nosotros. Le sacará el alma."

Satisfecha con el plan de ambos, comencé a empujar de nuevo al chico y devolverle las patadas sutiles que me daba.

- Eres un hijo de... - fui a decirle.

- ¡Eh! - Me gritó -. Cuidado con lo que dices.

No me di cuenta de que gracias a los empujones y mis giros, ya estaba acorralada con él en el callejón entre edificios. Nadie además de Sunghoon y Jay pasaban por allí, todos estaban en la zona central comiendo o bebiendo sus almuerzos.

𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐈𝐑 | Park Sunghoon ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora