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No había vuelto a ver a los chicos, a Hoyeon, Mina o Sihyeon. A nadie. Y lo más importante: a Heeseung.
Después de irnos de forma fría e ignorando por completo a todos dentro de la anunciadora, no supimos cómo se fueron, si no podían sin la ayuda de Sunghoon. Aunque estaba Yuna, así que tal vez les ayudó. No nos preocupamos por eso y nos fuimos, sin embargo, fue necesario.
Esa noche al volver decidimos dormir. El tiempo no había pasado más rápido de lo necesario al no haber manipulado la Imera, y simplemente haber entrado, por lo que llegamos a una hora normal.
Y al día siguiente, comenzamos a empaquetarlo todo, en un solo día. Nos íbamos a ir, teníamos que hacerlo cuanto antes. Era una necesidad que desarrollamos en ese corto período de tiempo; salir de allí, tener más libertad, formar una vida normal.
Estar sin la maldición era extraño, era curioso. Saber que Jayoon ya no existía, que ya no habría nada que nos atormentara en ese sentido. Tal vez un enemigo de Sunghoon como amenaza en un futuro, tal vez una simple discusión, un encuentro desafortunado, pero eso eran cosas normales. Cosas que prefería mil veces antes que la maldición y que incluso estaría agradecida de experimentarlas en lugar de seguir en un bucle de reencarnación.
Sunghoon y yo estábamos la mar de felices, pero aún había algo que me atormentaba, y era un asunto que iba a zanjar antes de marcharnos de allí. Simplemente para irme con la consciencia limpia. O mejor dicho, dos.
El primero iba a ser el menos pesado, quería hablar con Yuna. Darle las gracias, como a todos, pero sobretodo preguntarle por Chaeryeong y disculparme por que tuvieran que venir. Era algo con lo que no estaba contenta, a pesar de que nos ayudó mucho su intervención. Merecían pasar sus veinticuatro horas a solas. Afortunadamente habrían podido pasar la noche entera también, y la mañana, pero ya era por la tarde y Yuna no había salido. Me preocupaba que Chaeryeong pudiera haberse ido de nuevo ya, y que verlo le hubiera resultado doloroso.
- Sunghoon - lo llamé, él estaba guardando su ropa -, iré a ver a Yuna y después a Heeseung.
- Vale...
- ¿Te pasa algo?
Miraba serio las maletas, empezó a hacerlo cuando nombré a Heeseung, ya que antes estaba muy feliz.
Lo sabía. Era consciente de que no le resultaba fácil saber lo que Heeseung sentía, o lo que dio a entender que sentía. Ni siquiera lo sabíamos.
Negó.
- No me mientas...
- Es que... - suspiró -. No es nada. Sabía que Heeseung tenía esos sentimientos, eso es todo.
- ¿Lo sabías?
- Lo intuía. Y ver que casi se sacrifica por lo nuestro me dio mucha impresión. Pero yo no quiero hablar con él, él y yo no somos amigos ni nada por el estilo. Ya lo dejó claro, solo le importas tú.
Estaba más espeso de lo normal.
Me acerqué a él y le abracé haciendo que dejara la maleta a un lado y correspondiera el agarre, sorprendido.
- Te conozco. ¿Estás preocupado?
- No me gusta saber que siente algo por ti. - musitó.
Solté una risita.
- Otro episodio de Sunghoon celoso... - susurré para mí misma -. Se le pasará. Él sabe que solo somos amigos. Estás tú, y nadie más. Ya lo sabes.- Ya, pero... Me da miedo que, ahora que nada te une a mí, puedas desarrollar sentimientos por alguien más. - murmuró.
Levanté la cabeza y le miré anonadada. ¿Cómo podía pensar algo así?
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𝐅𝐈𝐑𝐄 𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐀𝐈𝐑 | Park Sunghoon ✓
Fantastik𝐁𝐋𝐄𝐒𝐒𝐄𝐃-𝐂𝐔𝐑𝐒𝐄𝐃 | "La más hermosa maldición". Había fuego en el aire, las llamas se hacían más y más grandes, la culpa de aquello no la tuvo nadie más que un montón de misteriosas sombras sin forma, pero Minyeo tomó la responsabilidad si...