• This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]

• Intermediate: Come back to me •

» Intermediate: Come back to me.　　　　　　　

　 　　　 　　 　　 　　　 　　 　
　 　　　 　　 　

Y Kaeya lo descubrió.
　 　　　 　　 　

Vile, su silenciosa informante, se había encargado de averiguar gran parte de los sucesos del viaje de Diluc por Teyvat, y costó una buena suma de dinero que el moreno ni siquiera dudó en pagar.
　 　　　 　　 　

Tal y como había deducido, el pelirrojo había luchado durante todos esos años usando sus habilidades casi innatas de su claymore, como también aprendiendo nuevas técnicas de un desconocido, aquel hombre del que no obtuvo su identidad, pero qué le había salvado la vida.
　 　　　 　　 　

Descubrió que esa noche Diluc había sido torturado por un grupo bastante numeroso de Fatuis, pero que no lograron siquiera sacarle un quejido de dolor pese a la cantidad de golpes que recibió.
　 　　　 　　 　

Kaeya tuvo que hacer una pausa al leer el informe, porque el contenido del texto no era para nada agradable y porque las ganas de asesinar a los culpables de todas esas atrocidades eran casi incontrolables.
　 　　　 　　 　

Costillas rotas, golpes innumerables en la cabeza y en el rostro, rodilla y hombro dislocados e incluso... Un asalto sexual que no fue consumado, era el resumen de todo lo que vivió esa noche.
　 　　　 　　 　

Sí, la misma noche que Kaeya había visto su visión volverse opaca, al filo de la muerte.
　 　　　 　　 　

Estaba agradecido y a la vez celoso de aquel hombre que lo había salvado de su trágico destino, porque había sido un desconocido la persona que lo había ayudado y cuidado, alguien del que ni siquiera había logrado obtener su identidad, su nombre, incluso si estaba dispuesto a pagar por esa información.
　 　　　 　　 　

También el documento hablaba del uso de un dispositivo llamado "engaño" un artilugio creado por la organización Fatui con la intención de simular el poder entregado por la bendición de un Arconte, la visión.
　 　　　 　　 　

Y aquel artefacto era el que había usado Diluc durante toda su viaje, un guante que posicionó en su mano izquierda que ahora tenía lastimada y deteriorada, hasta tal punto que ya no era capaz de sostener una botella de vino como correspondía.
　 　　　 　　 　

Lo peor de todo es que Kaeya lo conocía lo suficiente como para saber que él seguiría utilizando ese extraño poder con la intención de proteger Mondstadt, pues había renunciado a su visión Pyro y no mostraba ningún interés en recuperarla o al menos en saber en dónde estaba.
　 　　　 　　 　

Y Kaeya la tenía, guardada en un cajón de su pequeño departamento.
　 　　　 　　 　

Era demasiada información que procesar y al mirar el calendario de su oficina con el 30 de abril marcado tampoco era una buena señal.
　 　　　 　　 　

No solo era el cumpleaños de Diluc, también era el aniversario de la muerte de su padre adoptivo.
　 　　　 　　 　

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La verdad es que pedirle el día libre a Jean no fue para nada difícil de obtener, solo bastó con que la mujer observara el calendario para comprender que era necesario.
　 　　　 　　 　

Así que ahora se encaminaba hasta la bodega, asegurándose antes de que Diluc estuviese trabajando en la taberna, para que así nunca de enterara que había pasado por alto la prohibición de acercarse a la mansión.