• Memories: Ludi Harpastum •

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Ludi Harpastum.
               

El evento más esperado por la ciudad de Mondstadt había iniciado, y todos estaban entusiasmados por ello.
          

Cada rincón de las calles estaba decorado con serpentinas y flores de colores, la música se escuchaba en cada esquina gracias a los bardos que entonaban sus melodías, al mismo tiempo que la brisa desordenaba sus cabellos atrayendo el aroma de los exquisitos platos y del vino.
          

La avenida principal estaba plagada de puestos con juegos infantiles para los más pequeños, pero eso no impedía que los adultos compitieran entre ellos solo para divertirse y continuar bebiendo hasta que no pudieran más.
          

Diluc había podido participar de las preparaciones para el evento, ayudando a cada ciudadano que necesitara junto a su escuadrón. Establecieron puestos de información y recepción, organizaron mercancía y trasladaron inmuebles por horas para conformar las actividades que habrían.
          

Luego de dejar todo en orden, acudió a la bodega junto con sus hombres y se instalaron en la zona de vigilancia, tal y como lo habían ordenado en la última reunión en la sede.
          

El maestro Crepus estaba realmente complacido de que su propio hijo, estuviese haciéndose cargo de la seguridad del viñedo, pero esa importante responsabilidad no impidió que en incontables ocasiones le sugiriera que se dedicara a disfrutar un poco de la celebración, que los mismos trabajadores de la bodega podrían hacer turnos de vigilancia y así los caballeros pudieran beber y relajarse un poco.
          

—Sabes que no me gusta beber, padre... —Le había respondido frunciendo el ceño con suavidad, agregando a su argumento que estaba trabajando y que si estaba dentro de la mansión era estrictamente por su misión y resguardo de seguridad, no estaba ahí por ser el heredero de la bodega, ni tampoco para entablar nuevos acuerdos comerciales con la visitas, pese a la insistencia de su padre.
          

La semana había transcurrido sin incidentes. Según los informes que Jean le había entregado mientras hacía sus propias rondas, todo estaba tranquilo en Mondstadt, y las fiestas habían iniciado sin inconvenientes.
          

Kaeya, por otra parte, estaba ligeramente apestado de no poder beber y disfrutar de la todo el ambiente festivo. Sabía que aún no estaba en edad para que le vendieran alcohol, pero también sabía que durante el Ludi Harpastum había mucho vino por todos lados y nadie notaría si se robaba una que otra botella de algún puesto o del mismo viñedo del Amanecer.
          

Decidió ejercer su plan a escondidas de Diluc, usando sus habilidades para escabullirse hasta la bodega y extraer de allí un par de botellas de selección de su padre, sabiendo que el propio Crepus ni cuenta se daría de ello.
          

Quizá Elzer o Adelinde lo notarían luego de unas horas, pero ya tendría en su cabeza un par de historias creíbles para contar y convencerlos de que no sabía nada de la desaparición del alcohol.
          

Horas más tarde...
          

—Buenas tardes. —Diluc se acercó a los dos hombres que se encontraban de pie conversando animadamente, ambos encargados de la entrada trasera del viñedo. —¿Han visto a sir Kaeya?
          

—No señor, hemos estado aquí como nos ordenó. —Respondió uno de inmediato mientras que el otro asentía en acuerdo a lo dicho.
          

—Mh, de acuerdo. —Estuvo a punto de despedirse de ellos antes de girarse para mirarlos y brindarle una rápida sonrisa. —En una hora pueden tomarse un descanso, la señorita Adelinde ha preparado especialidades de la casa para que disfruten.
          

 • This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora