• Present: Don't forget me •

1.7K 200 380
                                    

» Present: Don't forget me.

          
          

Kaeya no podía creer lo que estaba viendo.
          

Sabía que Diluc era la persona más terca que había conocido en la vida, pero esto era otro nivel.
          

Estaba enfrentándose, a quizá, su único miedo en su existencia, solo para poder traerlo a la orilla otra vez.
          

—¡Regresa! —Había intentado persuadirlo a que volviera a tierra firme cuando el agua había cubierto gran parte de su torso, pero el pelirrojo seguía mirándolo desafiante, con esos ojos salvajes que solo le decían que estaría ahí en un minuto y que prácticamente lo obligaría a nadar devuelta.
          

Pero nada de eso ocurrió.
          

Observó con espanto como la expresión del Ragnvindr iba transformándose en pánico cuando “algo”, seguramente alguna ola submarina o quizá el desnivel de la arena, lo había succionado hacia abajo, provocando que todo su cuerpo quedara sumergido en tan solo un parpadeo.
          

—¡Diluc!
          

Kaeya se puso de pie con rapidez, luego de congelar, un poco más de lo necesario, la única superficie que lo mantenía a salvo de estar completamente empapado.
          

Se quedó quieto mirando las pequeñas turbulencias que Diluc había dejado sobre la superficie del mar, esperando que apareciera otra vez en su campo de visión para regañarlo por ser tan imprudente.
          

Creía que había aprendido a nadar y que por eso mismo lucía tan decidido mientras caminaba por las aguas, sin importarle que estuviera estropeando su ropa cara o el mismo miedo que le producía el mar.
          

Pero no, había cometido un error.
          

A los diez segundos, Kaeya no pudo esperar más.
          

Estaba demasiado asustado como para hacer la prueba por más tiempo.
          

—¡Maldita sea! —Exclamó mientras se quitaba la capa que portaba, pues sabía que iba a ser realmente incómoda para nadar.
          

Congeló la superficie de hielo con la palma de su mano un poco más para que pudiera resistir más tiempo y se lanzó al mar, nadando con rapidez en dirección a la última posición que el pelirrojo había dejado antes de desaparecer.
          

Se sumergió sin problemas y fue ahí cuando pudo divisar la desesperación del mayor, quién agitaba sus manos hacia arriba intentando impulsarse hacia la superficie, pero fallando una y otra vez debido a su imposibilidad de flotar.
          

Estaba claro que no sabía nadar y que prácticamente había apostado que lo rescataría si algo así sucediera.
          

Kaeya no tardó en sostenerlo por la cintura, y dirigir su cabeza hacia arriba para jalarlo hacia la superficie, con la esperanza de que así el chico pudiera tomar una bocanada de aire y recuperar la consciencia, pero eso no ocurrió.
          

Seguramente había tragado demasiada agua como para simplemente recuperar sus sentidos y respirar como era debido.
          

—No puedo creer que estés haciendo esto. —Susurró para sí mismo, con los dientes apretados mientras comenzaba a nadar hacia la superficie congelada que había creado, sintiéndose un estúpido cuando se dio cuenta que la mejor opción que tenía en ese momento era dirigirse a tierra firme, dejando atrás su capa favorita para que terminara sumergida en el mar.
          

 • This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora