• Epilogue •

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» ONE. 
          

—¡Ah, Kaeya! ¡Por fin has llegado a la oficina!
          

El hombre de cabello corto y desordenado en tonalidades azules, se giró sobre sus talones para encontrarse de lleno con el rostro animado de su superior.
          

El más alto no tardó en acomodar una carpeta en sus brazos, empujando el objeto con más fuerza de la necesaria, haciéndole perder el equilibrio por un instante debido a ello.
          

—Aquí están los datos del modelo al que debes sacarle las fotos para la nueva publicidad de perfume.
          

—Oh... —Kaeya ni siquiera esperó a estar a solas para comenzar a hojear rápidamente el portafolio del joven, sonriendo casi de inmediato al darse cuenta de la belleza natural del modelo.
          

Pelirrojo, pestañas largas, rostro pecoso, mirada felina.
          

—A las diez, quinto piso, no te retrases. —Fue la última orden que le dió su jefe antes de desaparecer por el pasillo en dirección al ascensor.
          

Al menos tuvo la decencia de informarle la hora de la sesión fotográfica, porque eran tan solo las 9:45 am.
          

Quiso asesinarlo dentro de su mente, como todas las veces en que él había aprovechado su posición como gerente para darle trabajos en el último momento.
          

Odiaba que hiciera eso.
          

Se vio obligado a precipitarse al otro ascensor disponible, para así llegar al quinto piso y encontrarse de lleno con el modelo que debía fotografiar.
          

Ni siquiera había analizado sus datos personales ni su experiencia en la fotografía. Lo único que observó fue el bello rostro inmaculado que el chico poseía, dándole un aire andrógino que de seguro lograría que el perfume fuera recepcionado de buena manera tanto por el público femenino o masculino.
          

Se dirigió hasta la sala de fotografía en dónde sus ayudantes lo estaban esperando, alzando su mano en un saludo general mientras se encaminaba a la pequeña oficina.
          

Pero no pudo ni siquiera recoger su cámara o dejar la carpeta con los documentos sobre su escritorio.
          

La mirada fija que le entregaba el nuevo modelo, quien estaba de pie en el centro del telar blanco, completamente listo para ser fotografiado, le obligó a voltearse en su dirección.
          

Por alguna extraña razón sintió que su corazón se sobrecogía al verlo directamente, y la sonrisa sutil que el pelirrojo le mostró solo comprobó lo que había estado pensando desde el primer momento en que había visto su portafolio.
          

Sentía una atracción magnética hacia él.
          

Kaeya sabía que no podía seguir ignorando esa tensión tan palpable que parecía materializarse en el aire, así que se obligó así mismo a mover sus piernas y caminar hasta quedar de pie frente al más bajo.
          

—Bienvenido, me han dejado a cargo de tu sesión durante los próximos días. —Intentó hablar con el tono más casual y profesional que había encontrado en su mente, pero la verdad es que sentía que su lengua tenía una ligera inclinación a trabarse un poco al hablar. —Soy el fotógrafo, Kaeya Alberich.
          

 • This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora