• This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]

• Memories: The next day •

» Memories: The next day.　　　　

　 　　　    　　 　

Cuando Kaeya despertó a la mañana siguiente, creyó que estaba teniendo un sueño maravilloso ante la primera imagen que sus ojos captaron.
　 　　　    　　 　

Diluc Ragnvindr, completamente desnudo, durmiendo boca abajo con su cabello salvaje y rojizo desparramado sobre sus sábanas blancas y revueltas.
　 　　　    　　 　

Parpadeó un par de veces intentando acostumbrarse a la luz que se filtraba por las cortinas que habían olvidado cerrar del todo, solo para volver a concentrar su mirada en el ángel que descansaba a su lado, completamente ajeno a todo lo que ocurría a su alrededor.
　 　　　    　　 　

Sus ojos estaban ligeramente hinchados, podía confirmarlo por el ligero bulto que se había formado en sus párpados y no podía culparlo, antes de que todo se volviera mucho más caliente había llorado por varios minutos sin parar.
　 　　　    　　 　

Sus labios, normalmente delgados y rosados también habían sufrido durante la noche, viéndose un poco más grandes por la cantidad de besos y succiones que recibió.
　 　　　    　　 　

Su piel también había sido maltratada, pero no lamentó la mordida que le propinó cuando el orgasmo lo golpeó. Se había transformado en un enorme moretón en su cuello que manchó su piel blanca y tersa, un pequeño trofeo y recordatorio de todo lo que había pasado la noche anterior.
　 　　　    　　 　

El pensamiento pasó a segundo plano solo al recordar lo bien que se habían sentido ambos y lo mucho que necesitaban dar rienda suelta a sus deseos más bajos.
　 　　　    　　 　

Así que solo sonrió, complacido.
　 　　　    　　 　

Quería darse una buena ducha de agua caliente para relajar cada uno de sus músculos, pero se negaba a abandonar la cama sabiendo que Diluc estaba ahí dormido, sin ánimos de despertar al menos de momento.
　 　　　    　　 　

Se acercó lentamente hacia el rostro de su pareja y apreció desde esa cercanía las suaves pecas que adornaban su nariz y parte de sus mejillas. Y mientras se perdía en esa hermosa imagen comenzó a acariciar su cabello como si fuera un gatito, procurando no despertarlo, porque de los dos, era el que más necesitaba descansar.
　 　　　    　　 　

No supo con exactitud cuánto tiempo estuvo ahí acariciando su cabeza, pero no le importó. Era la primera vez que despertaban durmiendo juntos completamente desnudos y la verdad es que quería prolongar el momento el mayor tiempo posible.
　 　　　    　　 　

—Mm...
　 　　　    　　 　

—El príncipe durmiente ha despertado.
　 　　　    　　 　

Diluc se quejó en un suave gruñido mientras se estiraba bajo las sábanas de forma perezosa, manteniendo en todo momento su postura boca abajo.
　 　　　    　　 　

—Buenos días...
　 　　　    　　

—Buenos días, Luc. —Kaeya no se aguantó mucho tiempo y se inclinó lo suficiente como para besar su frente en un simple saludo, provocando a su vez que Diluc se retorciera complacido por el buen despertar. Abrió sus ojos lentamente y sonrió adormilado al notar el rostro de su pareja bastante cerca. —¿Cómo te sientes?
　 　　　    　　 　

El pelirrojo tuvo que moverse un poco y girarse boca arriba para tensar sus músculos y notar al instante que se sentía adolorido en cada centímetro de su cuerpo.