• This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]

• Future: The awakening •

Notas de la autora:
　 　　　 　　 　

Y hemos llegado al final de esta historia...

De verdad no puedo creer la cantidad de capítulos que terminaron siendo jshef Pero lo que más me asombró fue el apoyo incondicional que recibí, la cantidad de mensajes y comentarios y la buena vibra que pude percibir en cada actualización❤️

Definitivamente no habría logrado llegar hasta aquí sin su apoyo, así que de todo corazón espero que disfruten este episodio de cierre y nuevamente agradezco cada una de sus palabras jshd Siempre los estoy leyendo, atenta a sus sugerencias y a sus ideas y teorías, me entretiene mucho leerlos y me emociona bastante❤️

Espero que nos sigamos encontrando en la otra historia Kaeluc que ya llevo trabajando hace un par de semanas, así que si no han ido a mirar, vayan ahora mismo para verlos allí también❤️

Tengan una linda tarde y lloremos juntooooos✨

¡Nos leemos como siempre!
　 　　　 　　 　
　 　　　 　　 　

» Future: The awakening.　
　 　　　 　　 　

Cuando Diluc Ragnvindr abrió los ojos, ni siquiera alcanzó a parpadear un par de veces cuando una cabellera de color azulada se abalanzó sobre su persona, enfundándolo en un abrazo tan apretado que casi le cortó la respiración.
　 　　　 　　 　

Intentó reaccionar a aquella sincera muestra de cariño, pero fue realmente difícil levantar sus manos para corresponder al tacto.
　 　　　 　　 　

Su cuerpo se sentía como si fuera de plomo. Débil, agotado... Como si hubiera perdido años de vida estando ahí, recostado en esa cama.
　 　　　 　　 　

—Luc, Luc...
　 　　　 　　 　

Kaeya por su parte había estado esperando este momento desde el instante en que Mona le había informado que la lluvia de cometas provocaría que las condiciones del día del desastre se repitieran.
　 　　　 　　 　

La constelación del fénix brillaría en el cielo en su mayor esplendor.
　 　　　 　　 　

Y eso ayudaría a que Diluc por fin despertara de su letargo eterno.
　 　　　 　　 　

—¿Kae...?
　 　　　 　　 　

El moreno de inmediato comenzó a llorar contra su cuello mientras sus manos seguían firmes en su espalda, tanteando cada centímetro de su columna vertebral con sus palmas abiertas, como si no pudiera creer que realmente estuviese abrazándolo.
　 　　　 　　 　

¿Cuánto tiempo había pasado? ¿No era su imaginación? ¿Un sueño?
　 　　　 　　 　

—Maestro Diluc...
　 　　　 　　 　

El pelirrojo tuvo que parpadear un par de veces más para que su visión pudiera reconocer las borrosas siluetas que estaban ahí presentes.
　 　　　 　　 　

Adelinde estaba llorando con ambas manos cubriendo su boca, siendo sostenida por Elzer, quién no dejaba de sonreír, susurrándole en el oído unas cuantas palabras de consuelo.
　 　　　 　　 　

Jean estaba de pie al otro lado de la cama intentando reprimir el llanto con una expresión dura y seria mientras su mano sujetaba firmemente la diestra de Lisa, quién cubría parte de su propio rostro con un pañuelo para limpiar sus lágrimas de manera tranquila y silenciosa.
　 　　　 　　 　

Albedo, sentado en una silla ubicada al rincón de la habitación también estaba presente. Su mano se movía a una velocidad alarmante mientras escribía en un cuaderno. Seguramente estaba ahí por motivos más científicos que personales, pero eso no impidió que una sonrisa de autosuficiencia apareciera en su rostro.