• Present: Dawn •

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» Present: Dawn.
                    
          

Kaeya fue el primero en despertar y agradeció al Arconte Anemo por darle ese privilegio de ver el cuerpo desnudo de Diluc Ragnvindr desparramado sobre las sábanas blancas.
          

Si hubiera tenido un darguerrotipo en ese mismo momento, habría tomado todas las fotografías que pudiera, pues era una escena que no se podía desperdiciar en absoluto.
          

Se dedicó a peinar su flequillo hacia atrás, teniendo especial cuidado en no moverlo demasiado para que no despertara.
          

Pues aún quería aprovechar esa oportunidad que tenía de compartir la misma cama y de mantener su cuerpo solo a centímetros del propio.
          

Pero lamentablemente no estaba tratando con alguien común y corriente, y antes de que pudiera siquiera acercarse para brindarle un pequeño besito en la frente, el pelirrojo había abierto uno de sus ojos.
          

Kaeya le dedicó una sonrisa mientras le observaba removerse, escuchando aquel pequeño gruñido gutural en su garganta que indicaba lo molesto que estaba por haber sido despertado.
          

Quizá sería bueno pedir disculpas por haber perturbado su sueño.
          

-Oye...
          

-Guarda silencio. -El Ragnvindr dio un suspiro profundo mientras intentaba evitar en todo momento mirar el estado en el que estaban.
          

Completamente desnudos, bajo las sábanas, con sus cuerpos demasiado pegados el uno del otro.
          

El moreno prefirió acatar esa pequeña orden del mayor y guardó silencio, temiendo por su vida cuando el chico se estiró lentamente, sentándose sobre la cama para dejar ver esa espalda curvilínea desnuda, además del inicio de su trasero.
          

Esperaba que no recordara lo sucedido, pero a la vez sabía que eso no pasaría.
          

Diluc estaba plenamente consciente de sus actos esa noche, así que no debería culparlo, era una acción consensuada por ambos y además... Él le había pedido que lo besara y eso fue lo que hizo.
          

Una cosa llevó a la otra y ahora estaban acostados en la misma cama, sintiéndose como un par de extraños que follaron por una noche.
          

Solo le faltaba dejar un par de Moras en el mesón nocturno y sería como un pago por un poco de placer fugaz.
          

-Tenemos una conversación pendiente. -El pelirrojo había adoptado la misma actitud seria de siempre, como si aquella vulnerabilidad de horas atrás hubiera desaparecido o se hubiera ocultado tras la máscara de dureza que usaba siempre, pero Kaeya no lo juzgó.
          

También utilizaba esa táctica diariamente, incluso con el propio Diluc.
          

-La tenemos, pero... -El menor titubeó un par de segundos antes de continuar hablando, haciendo un gesto sugerente a su obvia desnudez que el contrario intentaba ignorar mirando hacia al frente. -¿Crees que sería prudente primero...?
          

-¿Ducharnos? Sí, es lo que corresponde. -Diluc quiso levantarse de la cama, pero al notar que estaba hecho un desastre y que su acompañante no dejaba de observar cada centímetro de su cuerpo expuesto, tuvo que girarse para fulminarlo con sus ojos rubí, en una clara señal de amenaza. -Si no le importa, sir Kaeya... ¿Podría no mirar hacia acá?
          

 • This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora