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• Memories: Fears •

» Memories: Fears.　　　　　　　　　

La oscuridad de aquel recóndito lugar me ahogó hasta tal punto que no supe en ningún instante en donde me encontraba.
　 　　　 　　 　

Caminaba sin motivo alguno, paseando por un sendero oscuro, infinito. Lo único que podía divisar dentro de aquel espacio lúgubre e irreconocible, eran mis propios pies, que titubeaban en avanzar sin saber con exactitud de lo que podría encontrarme.
　 　　　 　　 　

Al comienzo no sentía ninguna presión en aumentar la velocidad de mis pasos, pero mientras continuaba recorriendo la zona, comencé a sentir un escalofrío en la espalda, como si alguien me estuviese siguiendo.
　 　　　 　　 　

Giré mi cabeza hacia atrás, intentando divisar a alguien que pudiera estar imitando mi andar a corta distancia, pero era imposible reconocer alguna silueta en aquella oscuridad tan profunda.
　 　　　 　　 　

-¿Hola? -Mi voz sonó extraña en mi cabeza, distorsionada, como si alguien me hubiese sumergido bajo el agua a la fuerza, impidiendo que el tono proyectado fuese el que realmente deseaba usar.
　 　　　 　　 　

Carraspear tampoco ayudó a aclarar mi voz, seguía sonando de la misma manera, imposible de reconocer a mi propio oído.
　 　　　 　　 　

Fue entonces cuando nuevamente esa sensación que minutos atrás había experimentado se sintió mucho más urgente y los pasos acelerados de "algo" me obligaron a apurar el paso otra vez.
　 　　　 　　 　

Comencé a trotar, con la intención de alejarme de esa sensación tan incómoda que lograba sentir en cada centímetro de mi cuerpo, pero no fue suficiente. La desesperación comenzó a dominarme, a nublar mis sentidos poco a poco, alterando mi respiración, volviéndola errática y acalorada en un parpadeo.
　 　　　 　　 　

Corrí, sin mirar atrás, intentando vislumbrar alguna figura o algún sendero diferente en el camino que seguía transitando, pero no había nada.
　 　　　 　　 　

Absolutamente nada.
　 　　　 　　 　

Decidí detenerme al darme cuenta que esto no tenía sentido. Debía averiguar qué era lo que me seguía, si se trataba de una criatura, un animal o una persona, así que comencé a caminar en dirección contraria, maravillándome de inmediato con una pequeña luz que ahora, aparecía frente a mi, a muchos metros más allá.
　 　　　 　　 　

Emocionado por la aparición de esa fuente luminiscente, aceleré un poco el paso, pero manteniendo la cautela en todo momento. No quería ser un ingenuo y caer en la trampa de lo que sea que fuese ese brillo que iluminaba aquel infinito sendero oscuro.
　 　　　 　　 　

Cuando me acerqué lo suficiente, pude por fin apreciar una silueta que no tardé en reconocer. Aquella persona se encontraba de espaldas a mí, y gracias a la fuente de luz que emanaba fue fácil para mí señalar la melena rojiza y rebelde que poseía, llegando hasta la cintura de longitud.
　 　　　 　　 　

Una calidez comenzó a sentirse en el ambiente y el frío que llevaba arrastrando desde que aparecí en este lugar, se disipó al instante.
　 　　　 　　 　

Fue agradable.
　 　　　 　　 　

-¿Luc?
　 　　　 　　 　

Mi voz aún seguía sonando distorsionada, pero eso no impidió que el llamado hiciera efecto. Aquella figura respondió al nombre y se volteó con una sonrisa en sus labios.
　 　　　 　　 　

Una sonrisa brillante, etérea, tan perfecta que me encandiló por unos instantes, provocando que alzara mi mano para cubrir un poco mi único ojo visible.