• This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]

• Present: Farewell •

» Present: Farewell.　　　　　　　　　　　　　　　　　

　 　　　 　　
　 　　　 　　 　　 　　　 　　 　

Oscuridad.
　 　　　 　　 　

Lo único que podía ver era oscuridad.
　 　　　 　　 　

He olvidado cuanto tiempo llevo recorriendo este largo sendero casi a ciegas, pero ya no importa...
　 　　　 　　 　

Porque una luz apareció frente a mi, a unos cuantos kilómetros, dándome la esperanza de poder escapar de este lugar tan lúgubre, tan asfixiante...
　 　　　 　　 　

Pero que curiosamente luce demasiado familiar para mí.
　 　　　 　　 　

No me agrada esta sensación que se acumula en mi pecho, presionándome con tanta fuerza que el aire comienza a hacerme falta... Es incómoda, es desesperante.
　 　　　 　　 　

Estoy seguro de que esto significa que algo malo está sucediendo en este mismo momento y yo no puedo hacer nada para detenerlo.
　 　　　 　　 　

No al menos que escapara de esta noche eterna en la que llevo atrapado tanto tiempo.
　 　　　 　　 　

Comienzo a correr hacia la fuente de luz que parecía alejarse cada vez más.
　 　　　 　　 　

Intenté gritar pidiéndole que se detuviera, que me dejara alcanzarla aunque fuera un poco para observar qué era... Pero ningún sonido salió de mi garganta.
　 　　　 　　 　

No podía hablar, no podía mirar donde pisaba, no podía hacer más que correr en esa dirección, esperando que esa fuente de iluminación, fuera mi salvación.
　 　　　 　　 　

Y cuando logré llegar a ella... Y por fin acostumbrarme a la luz tan cegadora que emitía, supe que quizá habría sido mejor quedarme allí, ignorante en la oscuridad.
　 　　　 　　 　

Porque la realidad era dolorosa.
　 　　　 　　 　

Porque había perdido.
　 　　　 　　 　

Porque había llegado demasiado tarde.
　 　　　 　　 　

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-¿Sir Kaeya?
　 　　　 　　 　

El más alto escuchó la suave voz de Noelle a su lado y tardó un par de segundos percatarse de todo lo que estaba sucediendo a su alrededor mientras despertaba de su letargo.
　 　　　 　　 　

Estaba tendido en el suelo, temblando de frío, como si su cuerpo hubiese estado sometido a un congelamiento continuo por largas horas casi al borde de la hipotermia.
　 　　　 　　 　

Si no había muerto de un paro cardíaco debido a ello, fue solo porque el abismo lo necesitaba vivo.
　 　　　 　　 　

Se sentó en el piso con bastante dificultad, sintiendo como la cabeza le daba vueltas en todas direcciones. Cerró ambos ojos en un vago intento de calmar el mareo que lo sacudió de golpe, pero eso no ayudó en absoluto.
　 　　　 　　 　

-Trate de no moverse demasiado rápido, sir Kaeya... -Murmuró la mujer con suavidad, pero fue difícil cuando el capitán de caballería por fin pudo reconocer los sonidos que emitían los presentes a unos cuantos metros más allá. -Aún podría estar herido...
　 　　　 　　 　

Kaeya por fin se atrevió de alzar su cabeza y mirar con atención lo que ocurría frente a él.
　 　　　 　　 　

Y fue ahí cuando su corazón pareció detenerse de golpe al observar a Jean sostener el cuerpo casi inerte de una cabellera rojiza tirada en el suelo.