• Memories: First burn •

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» Memories: First burn.         

             

—¡Una vez más, joven maestro!
             

Diluc frunció ligeramente la nariz ante la orden que su entrenador le dio, sintiendo como las gotas de sudor se deslizaban por su cuello.
             

Llevaban un par de horas bajo la brisa de un día de primavera, pero eso no significaba que el sol no hiciera de las suyas. La abrasadora temperatura lograba que la tierra  se volviera caliente bajo sus pies y que el arma que portaba fuera aún más difícil de sostener.
             

Ardía, todo su cuerpo ardía.
             

Su visión pyro brillaba inmensamente mientras el pelirrojo invocaba su claymore por enésima vez, elevándola frente a el con una fuerza que meses atrás no tenía.
             

Su espalda se había vuelto un tanto más ancha y sus músculos poco a poco habían comenzado a tonificarse, sin importar si aún era un niño al que le faltaba unos buenos años de crecimiento.
             

Sí, el constante entrenamiento había dado sus frutos, era cierto, pero Diluc tenía que mejorar el uso de su elemento en conjunto al movimiento de su arma, así que estaba lejos de alcanzar la perfección que quería lograr.
             

Para eso solo necesitaba seguir entrenando, seguir practicando.
             

—¡Eso está mucho mejor! —Exclamó el hombre mientras le brindaba un par de aplausos en señal de celebración.
             

Diluc, con toda la concentración del mundo, imbuyó su gran espada en fuego, blandiéndola con gran maestría hacia adelante, en un golpe seco y fuerte que retumbó bajo sus pies a causa del peso de la misma.
             

—¡Ah! —El grito se escapó de su garganta de forma involuntaria cuando sintió la quemadura en su palma, soltando el arma con violencia ante la mirada preocupada de su encargado.
             

—¡Joven maestro Diluc! —Exclamó el hombre acercándose con pavor hacia su lado, mirando como el pelirrojo sacudía sus manos con una sonrisa tranquila, intentando por todos los medios no demostrar el dolor que le había producido el contacto con el propio fuego que había invocado. —¿Se encuentra bien? ¿Necesita que vaya en busca de la señorita Adelinde?
             

—No es nada, señor. —Respondió con un tono ligero y amistoso, escondiendo perfectamente la quemazón que poco a poco comenzaba a picar sobre su blanca piel. —Pero creo que iré a ducharme, Kae ya debió haber terminado su clase de música.
             

El caballero se quedó observando sus manos unos instantes, notando como sus palmas parecían haberse vuelto rojas del calor. Si seguían entrenando de esa manera, de seguro comenzaría a tener ampollas en sus dedos, y sería imposible para él empuñar su claymore.
             

—Señorito Diluc, déjeme aconsejarle algo.
             

El pelirrojo alzó su mirada y parpadeó un par de veces ante la forma en como el hombre lo estaba observando. Parecía preocupado, pero a la vez orgulloso de que no se quejara como cualquier niño lo haría ante las obvias quemaduras que poseía.
             

—¿Mh?
             

Ni siquiera le pidió permiso para tomar ambas muñecas con sus propias manos y voltearlas para que sus palmas quedaran mirando hacia arriba. En silencio, extrajo una botella de agua que llevaba colgada en su cinturón y derramó el helado líquido sobre sus heridas.
             

 • This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora