• Present: Move •

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La idea de que Diluc estuviese ayudándolo a mudarse era casi irreal.
          

Y mientras empacaba sus pocas pertenencias revisando cada rincón de su pequeño velador y armario, se dedicaba a observar la espalda del pelirrojo que ordenaba su ropa en una enorme caja que habían traído desde la misma taberna.
          

Parecía como un sueño y poco le importaba la circunstancia oscura que había detrás.
          

El hecho de que quizá podría transformarse en un emisario del abismo y que perdería gran parte de sus recuerdos en menos de un mes, lo tenía sin cuidado.
          

Si sus últimos días los pasaría junto a Diluc, no le importaba absolutamente nada.
          

-¿Te llevarás estos dibujos? -Diluc preguntó mientras descolgaba del muro un par de cuadros artesanales con unos cuantos retratos en su interior.
          

Trazos infantiles de dos personas tomadas de la mano.
          

-¡Por supuesto! Son tesoros que me ha regalado Klee. -Kaeya se acercó para observar los dibujos con una sonrisa, Diluc seguía mirando el cuadro con una expresión impasible. -Ese se supone que soy yo y esta chiquita es ella.
          

-Hmh. -El pelirrojo asintió un par de veces antes de guardar ambos cuadros sobre la ropa doblaba dentro de la caja.
          

Kaeya parpadeó un par de veces ante la reacción tan apagada del mayor.
          

¿Acaso se había puesto celoso?
          

-Tiene talento ¿verdad?
          

-Hmh.
          

El moreno no pudo evitar reír, era increíble lo diferente que podía ser Diluc cuando estaban a solas, sin que nadie pueda apreciar la faceta mimada que ocultaba a todos, donde mostraba un lado infantil y bastante adorable.
          

Se sentía incluso hasta afortunado de ser capaz de presenciar un cambio en su persona tan notorio.
          

-Tengo más dibujos por aquí. -Diluc estuvo a punto de decirle que no quería saber más sobre los retratos de Klee, pero tuvo que tragarse sus palabras cuando el menor extrajo una carpeta gris de un cajón oculto. -Míralos.
          

El pelirrojo se mostró reacio a tomar la carpeta que el contrario le tendía al principio, pero su insistencia le hizo ceder después de un rato.
          

Y cuando vio las hojas que había dentro, no pudo evitar abrir los ojos en un gesto de sorpresa enorme.
          

-Tú...
          

-Los he guardado todos, cada uno de ellos. ¿Son bellos, verdad?
          

Dentro de la carpeta estaban los dibujos que Diluc le había hecho cuando eran niños.
          

Eran regalos educativos más que nada y uno que otro de ellos siendo soldados usando sus armas o entrenando. Y el pelirrojo podría haberse mostrado avergonzado por su falta de ortografía o por las fallas obvias en sus dibujos, pero solo sonrió, casi con nostalgia al leer los mensajes que habían bajo cada imagen.
          

 • This is our story • [ Kaeluc | Genshin Impact ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora