En el ascensor, Emilio me observa.
- ¿Sigues molesto conmigo? – pregunta.
- Sí, mucho.
Asiente.
- De acuerdo – dice, y mira al frente.
Cuando llegamos, Textos nos está esperando en el vestíbulo. ¡Qué rápido! Siempre aparece sin que me de cuenta. Coge mi maleta.
- ¿Welch ha dicho algo? – pregunta Emilio.
- Sí, señor.
- ¿Y?
- Todo está arreglado, señor – le contesta.
- Excelente. ¿Cómo está tu hija, Textos? – inquiere mi Alfa con amabilidad.
- Está muy bien, gracias, señor.
- Qué bueno. Vendrá un peluquero a la una. Se llama Franco De Luca.
Textos asiente con la cabeza.
- Joven Bondoni – me saluda el beta haciendo un gesto con la cabeza.
- Hola, Textos. No sabía que tenías una hija.
- Sí, joven.
- ¿Cuántos años tiene? – pregunto.
- Siete años.
Emilio me mira impaciente. Sí, definitivamente toda esta situación lo está alterando.
- Vive con su madre – explica Textos.
- Ah... Con razón.
Textos me sonríe y yo le correspondo el gesto.
Nunca me imagine que Textos fuera padre. Es algo muy inesperado. Debe de ser como Tom, el papá de Niko, serio, pero cariñoso y atento con su hija. Al menos eso es lo que me imagino.
Sigo a Emilio a la gran sala. Echo un vistazo alrededor. Nada ha cambiado desde que me fui, todo sigue en su lugar; sin embargo, todo ha cambiado entre nosotros.
- ¿Tienes hambre, nene? – pregunta con amabilidad.
Niego con la cabeza. Emilio me observa un momento, pero decide quedarse callado para no seguir discutiendo.
- Tengo que hacer unas llamadas. Ponte cómodo. Ahora vuelvo.
- Está bien – digo.
Desaparece en su estudio, y me quedo en medio de la enorme sala, sin nada que hacer. ¿Qué podría hacer?
Veo mi mochila. Puedo ordenar mi ropa. Cojo mi mochila, subo las escaleras hasta mi habitación y reviso el vestidor. Sigue lleno de ropa, toda lista para estrenar y aún conservan las etiquetas de los precios. Observo tres trajes muy elegantes de color entero. Otros tres que tienen algún estampado, algunas camisas que no son tan formales y tres crop tops. Todo esto debe de haber costado una pequeña fortuna, porque no me imagino a Emilio comprando ropa en una tienda barata. Miro la etiqueta de uno de los trajes de color entero: 3.998 dólares. ¡Dios! Me gusta la ropa, me encanta ir a comprar, pero jamás gastaría cuatro mil dólares en un solo traje. Prefiero no ver las otras etiquetas para no asustarme.
Son tantas cosas en un solo día y aún es mediodía... Primero, la enorme cantidad de dinero de mi antiguo carro, María y su acecho, la señora Lincoln, y ahora el precio de toda esta ropa.
ESTÁS LEYENDO
Mi alfa y sus sombras más oscuras (Adaptación)
FanfictionJoaquín Bondoni llegó a la vida de Emilio Marcos para darle un giro de 180°, poniendo su mundo de cabeza y todo lo que creyó que no necesitaba, ahora necesita. Emilio sigue teniendo demasiadas sombras, demasiados traumas y demasiadas cicatrices que...