Emilio me acaricia el cuello con la nariz y me despierto poco a poco.
- Buenos días, nene – susurra, y me mordisquea el lóbulo de la oreja.
Mis ojos se abren de golpe y se vuelven a cerrar enseguida. La brillante luz de la mañana inunda la habitación y, tumbado a mi lado, él me acaricia suave y provocativamente la cintura, subiendo por el costado y vuelve a bajar. Baja hasta la cadera, me agarra y me atrae hacia él.
Me estiro, disfrutando de sus caricias, y noto su erección contra mi trasero. Oh.
- Parece que alguien más se despertó – balbuceo medio dormido, y me retuerzo sugerentemente contra él.
Noto que sonríe pegado a mi mejilla.
- Solo estoy contento de verte... no me puedes culpar – dice, y desliza su mano sobre mi vientre y más abajo, alcanzando mi miembro y explorándolo con los dedos – Definitivamente, despertarse con usted tiene sus ventajas, joven Bondoni.
- Parece que solo me quieres por mi cuerpo – susurro.
Y me da delicadamente la vuelta, hasta quedar tumbado boca arriba.
- Claro que no. Yo te amo por otras cosas, Joaquín – dice con expresión muy seria - ¿Dormiste bien?
Asiento con la cabeza.
Sus dedos vuelven a acariciarme. Me mira sonriendo... con una increíble sonrisa que me deja completamente sin aliento.
Mis caderas empiezan a balancearse al ritmo de la danza que han iniciado sus dedos, pero él se detiene, bajando más hasta alcanzar mi entrada. Me besa y luego desciende hasta el cuello, mordisqueando despacio, besando, y chupando. Gimo. Actúa con delicadeza, y su caricia es leve. Sus ágiles dedos siguen acariciando y desliza uno de ellos en mi interior, muy despacio.
- Oh, Joaco – murmura junto a mi garganta – Siempre estás listo.
Mueve el dedo al mismo tiempo que continúa besándome, y sus labios viajan por mi clavícula y luego bajan hasta alcanzar mi pecho. Con los dientes y los labios tortura primero un pezón y luego el otro, pero lo hace con mucha ternura.
Yo jadeo.
- Mmm – gruñe bajito, y levanta la cabeza para mirarme con sus ardientes ojos marrones – Te deseo ahora, ¿quieres?
Vuelvo a asentir con la cabeza. Se coloca sobre mí, apoya el peso en los codos y frota la nariz contra la mía mientras usa las piernas para separar las mías.
Me doy cuenta de algo.
- Emi... - me muerdo el labio – Creo que en serio te dejé una pequeña marca – digo, divertido.
Frunce el ceño, sin entender.
- ¿Qué?
- Me parece que te deje un pequeño chupetón – murmuro, tratando de no reírme de su cara.
- ¿En serio? – pregunta sorprendido.
Asiento con la cabeza, sonriéndole.
- Nunca había tenido uno... - dice, como si estuviera recordando algo.
- Bueno ahora tienes uno... ¿Cómo te sientes con ello?
Se encoge de hombros.
- No sé... Supongo que solo deberé de usar una camisa que me cubra esa zona... ya sabes, para que no se den cuenta en la empresa – murmura – Ahora yo soy el que quiere marcarte.
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Mi alfa y sus sombras más oscuras (Adaptación)
FanfictionJoaquín Bondoni llegó a la vida de Emilio Marcos para darle un giro de 180°, poniendo su mundo de cabeza y todo lo que creyó que no necesitaba, ahora necesita. Emilio sigue teniendo demasiadas sombras, demasiados traumas y demasiadas cicatrices que...