El consultorio del doctor Flynn queda bastante cerca del departamento de Emilio. Supongo que sería útil en caso de que surja alguna emergencia.
- Normalmente vengo corriendo desde casa – me dice Emilio cuando estaciona mi Saab – Este carro es estupendo – comenta sonriéndome.
- Yo pienso lo mismo. – Le sonrío al mismo tiempo – Emi... Yo...
Lo miro con ansiedad.
- ¿Qué pasa, Joaco?
- Toma. – Saco una caja rectangular de la guantera del carro – Esto es para ti. Es un pequeño regalo por tu cumpleaños. Quería dártelo ahora... pero solo si prometes no abrirlo hasta el sábado, ¿de acuerdo?
Me mira sorprendido, parpadea y traga saliva.
- Claro – murmura, sin dejar de sonar sorprendido.
Suspiro profundamente y se lo entrego, sin hacer caso a su cara que no deja de expresar lo estupefacto que se encuentra. Sacude la cajita, que hace un ruidito muy ligero. Frunce el ceño. Me puedo imaginar lo desesperado que se encuentra por ver qué contiene la caja. Emilio no es muy paciente... bueno puede que yo tampoco lo sea.
Entonces sonríe, y en sus ojos aparece una chispa de emoción.
- No puedes abrirlo hasta el sábado – le advierto de nuevo – Lo digo en serio.
- Ya lo sé – dice - ¿Por qué me lo das ahora?
Mete la caja rectangular en el bolsillo interior de su chaqueta azul de raya diplomática, cerca de su corazón.
Qué apropiado, pienso. Sonrío con complicidad, sabiendo que no me equivoqué al escogerlo.
- Porque puedo, señor Marcos.
En sus labios aparece una mueca teñida de ironía.
- Vaya, joven Bondoni, me ha copiado la frase.
- Digamos que aprendí del mejor – me encojo de hombros y le guiño el ojo, haciendo que suelte una carcajada.
Una recepcionista amable y de aire eficiente nos hace pasar a la sala de estar del consultorio del doctor Flynn. Saluda a Emilio de forma muy afectuosa, un poco demasiado afectuosa para mi gusto. Supongo que se conocen desde hace mucho... Y luego nos hace pasar.
La sala tiene un color verde claro, con dos sofás verde oscuro frente a dos sillones de piel, y con una atmósfera propia de un club inglés. Me imagino que así se siente más augusto, como en casa. El doctor Flynn está sentado en su escritorio, al fondo.
Cuando entramos, se pone de pie y se acerca a nosotros en la zona destinada a las visitas. Lleva pantalones negros y una camisa de color azul claro sin corbata. Sus brillantes ojos azules parecen no perder detalle. Su aroma es algo fuerte, pero no es molesto... no logro identificar exactamente el aroma, aunque tiene algo relajante. Lo cual considero que es algo bueno para un psiquiatra.
- Emilio.
Sonríe amigablemente.
- John. – Emilio le estrecha la mano - ¿Te acuerdas de Joaquín?
- Por supuesto, ¿cómo iba a olvidarme de él? Bienvenido, Joaquín.
- Buenas noches, doctor – murmuro, y él me da la mano con energía.
- Dime John.
Wow. Su acento inglés es increíble.
- De acuerdo. John.
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Mi alfa y sus sombras más oscuras (Adaptación)
FanfictionJoaquín Bondoni llegó a la vida de Emilio Marcos para darle un giro de 180°, poniendo su mundo de cabeza y todo lo que creyó que no necesitaba, ahora necesita. Emilio sigue teniendo demasiadas sombras, demasiados traumas y demasiadas cicatrices que...