26. Al rojo vivo

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Azul y yo escogemos un bar situado en la acera de enfrente, y nos sentamos en unos taburetes de madera junto a la ventana. Quiero ver lo que pasa: quién entra y, sobre todo, quién sale. Y a la vez no quiero hacerlo. ¡Dios! Todo es tan confuso.

Azul me pasa una botella de cerveza.

- ¿Problemas con una ex? – pregunta.

- Es un poco más complicado que eso – musito.

No sé qué podría contarle exactamente a Azul. Todavía está ese acuerdo de confidencialidad, sin contar que no le puedo explicar que esa ex es una ex sumisa de Emilio y no una ex novia.

- No me hubiera imaginado que Emilio fuera bisexual – dice Azul – Joaco, no entiendo qué está sucediendo entre ustedes. El día que los vi en la exposición de fotografías de Leo, noté cierta tensión entre ustedes... El fin de semana estuvieron en una gala benéfica, y ahora me dices que te estás quedando con él en su departamento... Además, está esta ex que parece que se metió a tu departamento sin invitación.

Suelto un profundo suspiro.

- No te imaginas lo complicado que es todo esto, Azul.

- Tengo tiempo. Todo el tiempo del mundo – dice Azul muy atenta, y toma un buen trago de cerveza.

- Ella es una ex de Emilio, tuvieron una... relación hace varios años. Abandonó a su marido al conocer a su destinado. Y después de algunas semanas ese alfa murió en un accidente. Y ahora ha vuelto a perseguir a Emilio.

Me encojo de hombros, como si la información que le he revelado fuera algo completamente normal y no tuviera nada de extraordinario.

- ¿Perseguir a Emilio? – cuestiona mi amiga.

- Sí... Tenía una pistola.

- ¿Qué? ¡Mierda! – exclama Azul, asombrada – Parece de película.

- Mmm... En realidad, no llego a amenazar a nadie con ella, bueno no del todo. Creo que lo único que trataba de hacer era dispararse a sí misma o llamar la atención de Emilio – murmuro – Está fuera de sí... perder a tu destinado no debe de ser fácil.

- Me imagino que no, pero, Joaco, me parece que está un poquito loca... por decir lo menos. ¿Quién llama la atención de esa forma?

Me encojo de hombros.

- No lo sé, Blue... Supongo que estaba desesperada, ¿te imaginas perder a tu destinado? El dolor que debe de estar sintiendo... el vació.

La expresión de Azul cambia, parece como si estuviera analizando más a fondo la situación de María y la desesperación que pudo sentir al estar completamente abandonada.

- Debe de ser horrible, Joaco. La verdad es que no me puedo imaginar exactamente el sentimiento, pues no debe de ser fácil – acepta – Espera, ¿qué está haciendo Emilio con ella?

Palidezco de golpe y noto que algo ácido me sube por la garganta.

Esa es una muy buena pregunta. ¿Qué está haciendo Emilio allá arriba? Se me ocurren tantas posibilidades de lo que podría estar sucediendo, y ninguna tiene mucho sentido, porque no entiendo la forma de actuar de Emilio.

- No lo sé – susurro.

Azul abre los ojos como platos... creo que por fin ha entendido el por qué me estoy sintiendo de esta forma y es que la ignorancia es lo que me tiene de esta forma.

Mi alfa y sus sombras más oscuras (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora