Desaparece en su estudio, y me deja en medio de la inmensa sala. La señora Zapata está dando los últimos toques a nuestra cena. Huele bien. Me doy cuenta de que estoy hambriento, en serio necesito comer, pero también necesito enfocarme en otra cosa.
- ¿Puedo ayudar? – le pregunto.
Ella se echa a reír.
Me imagino que no sabe nada de lo que sucedió.
- No, Joaco. No se preocupe. ¿Puedo servirle algo? ¿Una copa de vino o alguna otra cosa? Parece agotado – dice levemente preocupada.
- Me encantaría una copa de vino.
- ¿Blanco?
- Sí, por favor.
En realidad, creo que en este caso me vendría bien un poco de vodka, pero con el estómago vació... no hay forma.
Me siento en uno de los taburetes y ella me ofrece una copa de vino frío. No lo conozco, pero está delicioso, y eso es suficiente para mí.
Antes me preguntaba si es que podía tener un día más aburrido, como antes, sin ningún tipo de emoción extra, pero las cosas no se han dado de esa forma. Me imagino que, si Emilio no hubiera formado parte de mi vida, igual hubiera pasado por algo así con Mauricio, pero quizá hubiera estado desempleado al día siguiente o... hubiera tenido que renunciar para no regresar a verlo... O peor aún no me hubiera sentido igual de protegido que al estar al lado de Emi, porque al saber que Emi está a algunos metros de distancia mi omega se ha calmado notablemente...
Me pregunto para quién trabajaré. ¿Seguiré teniendo trabajo siquiera?
- Buenas noches, Gianina.
Emilio vuelve a entrar al lugar y me distrae de mis pensamientos. Va directamente a la nevera y se sirve una copa de vino.
- Buenas noches, señor Marcos. ¿Cenarán en media hora, señor?
- ¿Joaco? – me pregunta Emi.
- Me estoy muriendo de hambre – le confieso a ambos.
Emilio arquea una ceja, pero no me dice nada. ¿Se habrá dado cuenta que no he comido en todo el día? No, no lo creo.
- Gianina – dice, volteando a verla – ¿Puede ser antes?
- Por supuesto, señor – asiente regresando a supervisar el horno – Joaco, ¿deseas algo mientras tanto?
- No, puedo esperar – le digo.
Emi se acerca hasta sentarse a mi lado.
- ¿Seguro, nene?
Asiento con la cabeza.
- De acuerdo – dice, no muy convencido. Alza su copa – Por los padres que entrenan bien a sus hijos – murmura, y se le suaviza la mirada.
- Salud – musito, y levanto la copa.
- ¿Qué pasa? – pregunta Emilio al dejar su copa.
- No sé si todavía tengo trabajo – hago una mueca.
Él ladea la cabeza.
- ¿Todavía quieres tenerlo? Puedes cambiar de trabajo si lo deseas.
Niego de inmediato.
- Quiero ese, me gusta la editorial.
- Entonces todavía tienes trabajo, nene – me asegura.
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Mi alfa y sus sombras más oscuras (Adaptación)
FanfictionJoaquín Bondoni llegó a la vida de Emilio Marcos para darle un giro de 180°, poniendo su mundo de cabeza y todo lo que creyó que no necesitaba, ahora necesita. Emilio sigue teniendo demasiadas sombras, demasiados traumas y demasiadas cicatrices que...