24. Flashback

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Joaquín

Después de esperar que la comida de Mauricio esté lista, regreso a la oficina acompañado de Royer, el cual no se despega de mi lado ni un solo momento y solo me dedica una amable sonrisa cuando ingreso a la editorial para continuar con mi trabajo.

Saludo a Ana Pao y me dirijo a la oficina de mi jefe para darle su pedido.

- Aquí tienes, Mauricio – le digo, depositando la bolsa sobre su mesa.

- Muchas gracias, Joaco... Siempre tan servicial – murmura, recorriéndome con la mirada.

Eso me hace sentir incómodo, así que me separo del lugar, acercándome hacia la puerta.

- Será mejor que vaya a almorzar – le informo, sosteniendo la perilla de la puerta para salir cuanto antes.

- Buen provecho, cielo – me guiña el ojo, y yo trato de responderle con una sonrisa, aunque estoy muy seguro de que no lo logro.

Abro la puerta, y me voy deprisa al baño para lavarme las manos antes de almorzar.

¿Desde cuándo me dice cielo? Yo no le he dado esa confianza para que me esté tratando de esa forma. ¿Habrá sido así con todos sus asistentes?

Me lavo las manos rápidamente y regreso a mi mesa para almorzar.

Termino de comer y aprovecho para revisar mi celular. Todavía tengo tiempo para hablar con Azul, entro a WhatsApp y le mandó un mensaje, preguntándole si está disponible, porque quiero hablar con ella.

En menos de dos minutos recibo una respuesta afirmativa de ella, así que busco su contacto y la llamo.

- Hola Azul – le digo ni bien me contesta.

- ¡Joaco! Hola, ¿cómo estás?

- Muy bien, Azul... El fin de semana se me paso demasiado rápido y me pasaron tantas cosas que me olvide de preguntarte a qué hora llegarías hoy.

Escucho su risa del otro lado.

- Me imagino que fuiste a la gala benéfica de los Osorio – Marcos, ¿o me equivoco? – pregunta.

Frunzo el ceño, sorprendido.

- ¿Cómo lo sabes?

Se vuelve a reír.

- Joaco, ¿recuerdas que estoy trabajando en el despacho Osorio? Algo escuché el sábado cuando me entrevistaron, y hoy en la mañana me pidieron que me encargará de completar unos formularios de la fundación – me cuenta – Como no entendí nada, me informaron que la familia Osorio – Marcos tiene una fundación y les brindan asesoría legal a las personas que acuden a ella. ¿Lo sabías? – pregunta emocionada.

- Sí, Azul. Emilio me contó de eso... ¿Ayudarás en la fundación?

Escucho un chasquido.

- No lo sé todavía, pero me dijeron que era probable. Bueno, bueno, me imagino que me llamabas para hablar sobre el otro tema, ¿cierto?

- Sí, quería saber a qué hora irías al departamento – murmuro – Tengo que darte las llaves.

- ¿Darme las llaves? – pregunta – No entiendo, ¿no nos veremos en la noche?

¡Cierto! Ella no sabe que estoy viviendo con Emilio... bueno, nadie sabe.

- Eh, no... Osea sí, pero no. Lo que pasa es que me estoy quedando con Emilio – le digo, y espero su respuesta.

- ¿Entonces no estaremos juntos?

Mi alfa y sus sombras más oscuras (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora