36. Mi brújula

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Frunce el ceño, sin entender a lo que me refiero.

- ¿Darle la vuelta? – pregunta, desconcertado.

Asiento con la cabeza.

- Tienes que ver lo que está en el interior.

Hace lo que le digo.

Al otro lado, le escribí el fragmento de una canción de Lucah:

"Quiero estar cuando la vida se complique, cuando todo salga mal. Quiero estar cuando los sueños que persigues se te quieran escapar. Quiero ser, el que en las noches te consuele. Verte amanecer, acariciándote la frente y poderte convencer que todo va a estar bien. Y ser tu paz, tu calma, ser tu alivio..."

Quiero ser tu esposo y omega, amor.

Su mirada regresa a mí, está con la boca abierta y sigue sosteniendo la funda.

- Eh... bueno pensé que así podrías llevar mi respuesta contigo... ya sabes, todos los días... Elegí ese diseño, porque es una forma de decirte que mi omega también te acepta... - sigue sin decir nada. Empieza a ponerme nervioso – Eh... también compré una para mí, pero es de color dorado... Creí que era mejor darte el fragmento de una canción, porque eso hacemos a veces... ya sabes, la música dice más de lo que...

- ¿En dónde está la otra funda? – pregunta de repente.

¿Qué?

- Eh... todavía no la he sacado de mi maletín.

Emilio se da la vuelta y empieza a buscar algo con la mirada hasta que lo encuentra y se dirige a uno de los sillones... mi maletín. Lo abre y saca la funda que compré para mi iPhone, la saca de su envoltorio, y sigue rebuscando algo en mi maletín. ¿Qué está buscando?

Se da la vuelta, de modo que no puedo ver lo que está haciendo.

No entiendo. Me estuvo insistiendo e insistiendo por una respuesta, y ahora reacciona de esta forma.

Al cabo de un instante, gira sobre sus talones y vuelve a colocarse enfrente de mí. Me tiende la funda de la misma forma que estaba la que le di a él.

- Dale la vuelta – dice, repitiendo mis palabras.

Oh... Hizo lo mismo que yo. Hay un fragmento de una canción:

"Yo iba caminando errante cuando de repente, detuviste el mundo y quise conocerte... En ti encontré dirección. Mi norte apunta a tu amor... Eres mi brújula del corazón... Tengo tantas cosas que decirte, amor. Faltan palabras sobra la emoción... Y mirarte estando así... No sé que hice para merecer un sí..."

Quiero que seas mi omega para siempre y yo quiero ser tu alfa. Tu destinado.

Vuelvo a verlo a los ojos.

Y otra vez estoy llorando.

No esperaba que él hiciera lo mismo.

- Por favor, dilo en voz alta – pide.

- Quiero ser tu esposo y tu omega.

- Y yo quiero que seas mi omega para siempre – murmura.

Inspira profundamente y de repente me coge entre sus brazos y empieza a darme vueltas alrededor de la sala. Se ríe, joven y despreocupado.

Yo me aferro a sus brazos, sintiendo cómo sus músculos se tensan bajo mis dedos, y me dejo llevar por su contagiosa risa, aturdido, confundido y completamente enamorado. Me deja en el suelo y me besa. Intensamente, con las manos a ambos lados de mi cara, ingresando su lengua.

Mi alfa y sus sombras más oscuras (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora