18. Disfrutando de las olas

1.2K 60 10
                                    


Al cabo de una media hora me empiezo a sentir diferente, hay algo que mantiene inquieto a mi omega y empiezo a sentir un poco de calor. Trato de alejarme un poco de Emilio para refrescarme, él no dice nada y sigue con el timón.

- Iré al baño. Ya vengo – le digo al alejarme.

Voltea a verme con una ceja alzada y asiente. Sin decirme nada.

Me dirijo hacia el baño del dormitorio principal, al llegar abro el grifo y me mojo la cara para tratar de refrescarme.

El barco continua con su trayecto. Yo no puedo hacer otra cosa que sentarme en el piso del baño, trato de relajarme, pero no lo logro. Mi omega se siente ansioso y quiere a su alfa cerca.

Me concentro en mi respiración. Inhalo y exhalo. No importa cuántas veces lo haga, no logro calmarme. Sigo sintiendo mucho calor.

Quizá si me baño podría ayudar...

Me quito toda la ropa deprisa, dejándola a un lado de la ducha, y me apresuro a abrir el grifo para que me caiga algo de agua fría.

Después de algunos minutos debajo de la intensa caída de agua, salgo de la ducha, pero noto que algo comienza a caer por entre mis piernas y siento que mi piel empieza a quemar nuevamente. Mi aroma se vuelve tan fuerte que me resulta demasiado empalagoso.

¡Mierda! ¡Mil veces mierda!

Mi vientre empieza a doler, los retortijones son tan fuertes que me caigo al piso sin poder evitarlo.

Necesitamos a nuestro alfa. Alfa.

Empiezo a gemir al sentir que mi entrada se encuentra completamente lubricada.

- Emi... - gimo, pero es tan bajo que no creo que él me pueda escuchar desde donde se encuentra.

No me puedo mover. Estoy tirado en el piso, sin dejar de gemir al necesitar a mi alfa para satisfacerme. El dolor en mi vientre se intensifica, no lo puedo soportar.

No sé cuánto tiempo pasa hasta que percibo el delicioso aroma de Emilio, está más fresco e intenso. Nunca lo había sentido tan intenso y delicioso. Nunca me había llamado la atención tanto como ahora.

La puerta se abre de golpe. Levanto la mirada, me encuentro con las pupilas dilatadas de Emi, y noto que su respiración es muy acelerada.

- Emilio... - gimoteo – Te necesito.

- Joaquín...

Se acerca a mí, me carga entre sus brazos, pega su nariz a mi cuello... Y me doy cuenta: ¡Emilio también está en celo!

A pesar de que él sigue teniendo su pantalón puesto, puedo sentir la dureza de su entrepierna frotándose contra la mía que se encuentra expuesta.

- Mac no está – gruñe – Tenemos tiempo, omega.

- Te necesito, alfa.

Me froto contra su cuello y su agarre sobre mi cintura se vuelve más fuerte. Sin soltarme me lleva al interior de su camarote. Me deja sobre mis pies, mis rodillas tiemblan al estar de pie frente a él y completamente desnudo, a su merced. A merced de nuestro alfa.

Sin dejar de mirarme, se quita toda la ropa con rapidez, dejándome ver todo su cuerpo. Mi omega vuelve a gemir al tener a su alfa sin una sola prenda. Expuesto frente a nosotros.

Emilio empieza a depositar besos en mi cuello, concentrándose en el lugar en donde iría la marca. Vuelvo a gemir.

- Mío – gruñe, sin despegarse de ese lugar, su aliento eriza aun más mi piel.

Mi alfa y sus sombras más oscuras (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora