Hemos hablado y hablado y hablado, sentados juntos sobre la cama del cuarto de juegos, yo sobre su regazo y rodeándonos con las piernas mutuamente. La sábana de satén rojo nos envuelve, y no tengo ni idea de cuánto tiempo ha pasado.
- Emi... tengo una pregunta... ¿Qué piensas de la marca de Niko?
Ladea la cabeza confundido.
- Eh... Me alegró por mi hermano, pero...
- ¿Pero...? – cuestiono.
- Yo ya lo sabía – admite y yo abro mucho los ojos.
- ¡¿Qué?! – exclamo sorprendido - ¿Cuándo...? ¿Cómo...?
- Eduardo nos mandó un breve mensaje, pero pidió que no dijéramos nada... Ya sabes, Nikolás quería ser el responsable de contarte sobre eso – dice, encogiéndose de hombros.
- ¿Se los mandó a...?
- A todos los hermanos Marcos – contesta – Fue hace una semana creo, la verdad es lo que había olvidado... Hemos tenido una semana tan intensa que no había pensado sobre eso.
Le sonrío.
- Ahora Niko y yo seremos cuñados – le digo y él me devuelve el gesto – Claro, cuando se case con Edu.
- Eh...
- ¿Qué? – cuestiono – No me digas que ya se comprometieron.
Niega con la cabeza.
- No. A lo que voy es que me parece que para Edu esto ya forma parte de un compromiso... Ya sabes, el lazo.
- Ah. ¿Entonces no crees que se casaría con...? – pregunto, sintiendo una pizca de desilusión.
- No lo sé. No pienso meterme en eso, Joaco – dice de inmediato – En eso Eduardo y yo somos parecidos, ambos analizamos las cosas y las informamos... luego. Bueno, puede que yo me demoré más – añade, poniendo los ojos en blanco.
Ay, él solito se dio cuenta.
- Bueno, será cuándo tenga que ser – concluyo y luego dirijo la vista hacia otro lado, acordándome de algo – Por cierto... Todas las varas han desaparecido.
Él mira en la misma dirección.
- No creí que fueras a querer usarlas – susurra.
- Tienes razón.
- ¿Deseas que me deshaga de algo más? ¿De todo eso? – señala los látigos, las palas y las correas que están alineados en la pared de enfrente.
- De esa fusta no... la marrón. Ni del látigo de tiras de ante.
Él me mira y sonríe.
- Entendido, futuro señor Marcos. De verdad eres una caja de sorpresas, Joaquín. Nunca me imagine que me regalarías estas cosas – confiesa.
- Usted también lo es, señor Marcos... Siempre ha sido una caja de sorpresas, y es algo que adoro y me frustra de ti.
Lo beso con cariño en la comisura de la boca.
- ¿Por qué te frustra? – inquiere.
- Porque soy curioso y me gusta conocer todo lo que sucede – murmuro.
- Interesante... ¿Y qué sí adoras de mí? – pregunta con los ojos muy abiertos.
Wow. No me imaginé que me lo preguntaría. Sé que le cuesta hacerlo y le cuesta aún más aceptarlo.
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Mi alfa y sus sombras más oscuras (Adaptación)
FanfictionJoaquín Bondoni llegó a la vida de Emilio Marcos para darle un giro de 180°, poniendo su mundo de cabeza y todo lo que creyó que no necesitaba, ahora necesita. Emilio sigue teniendo demasiadas sombras, demasiados traumas y demasiadas cicatrices que...