Ella sonrió ligeramente, apenas si se le arrugaba una mejilla, caminó de vuelta a su habitación con lentitud, no antes de mirar a cada uno de sus espectadores, su madre le miro orgullosa; los ojos le brillaban y al mover sus labios, la sonrisa de las dos mujeres era idéntica, incluso la mirada, que provoco escalofríos a Marga en cuanto fue su turno de ser observada, no hubo ni siquiera un regaño de su parte por salir de su habitación sin supervisión, no había dejado de temblar desde que el remolino hizo presencia, al mirarla tan de cerca, sintió que cada palabra que Marta le advirtió, tenía toda la razón: "No vas a ganar" dijeron los ojos verdes de la reina sin pestañear, siguió su rumbo al lado de Lepuef, que al ser su turno, su corazón dijo el nombre de la pelirroja con más intensidad, le sorprendió que ella no se daba cuenta, o si en verdad tenían algo ellos dos.
Sus tres enemigos se fueron dejándola sola, mientras observaba a la distancia el desierto, deseando tener un catalejo y observarlo, aunque solo fuera una borrosa silueta; tenía meses sin verle, no podía sacar de su mente una imagen de él, delgado hasta los huesos, con la barba tan larga que podría trenzarla, imaginando que, de sus brazos montones de cicatrices le acompañaban, tal vez en el rostro, eso no importaba, solo necesitaba verle, o esta ansiedad le acabaría pronto.
Caminó hasta que el barandal la detuvo, quería seguir caminando hasta que las nubes formaran un puente que le llevara hasta él, pensarle le llenaba de posibilidades la mente, incluso si saltara desde la terraza, esos quince o veinte metros no daban miedo en absoluto, hasta que una hoja de los árboles del bosque voló hasta impactar en su rostro, ese pequeño mareo que tuvo le basto para volver a sentir real que era el barandal del castillo... ¿a quién engañaba?
Estaba sola, sin ningún tipo de ataduras, incluso los guardias la habían ignorado al verla en los pasillos, era obvio, se sintió tan avergonzada de amenazar a quien se le ponía enfrente que ya nada era posible para ella, la reina la consideraba tan inútil que ni si quiera le tenía con vigilancia, quiso volver al calabozo a sentirse miserable, pues no podía intentar nada, un guardia la detuvo por fin y le ordeno que fuera a su habitación, no levanto la mirada ni maldijo esta vez, simplemente obedeció, cerro la puerta como si alguien fuera a reclamarle por haberla azotado pero, fue ignorada de nuevo, y se dirigió hacia la ventana en donde aun podía ver el desierto, no tan amplio como en la terraza, pero ese simple puntito bajo el sol que distinguía de arena, la hizo tirarse a la cama mientras sus lágrimas le cobijaban.
Su única esperanza ahora, eran las palabras de Marta.
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Después de haber caminado durante veinte minutos, se detuvo, había encontrado un ligero patrón en las paredes, las posibilidades de hallar la salida aumentaban, sin embargo, no todos los caminos seguían siendo lo correctos cuando lo pensaba; "izquierda, izquierda, derecha, izquierda, derecha..." había acertado con ese patrón avanzar tres veces seguidas, sin embargo, la cuarta vez fue la fallida, cambio de camino y siguió con el patrón, estaba alegre de avanzar pues había vivido mas de un año sin reloj ni brújula, identificaba perfectamente que el otro lado del desierto, estaba justo frente a él, el sol era su mejor amigo desde que la ciudad fue olvidada para él. Pero, eco de su voz seguía traicionándole al no recibir respuesta, temía que su amada y Emily, estuvieran regresando. Debía encontrarlas rápido.
Al adentrarse en el laberinto, había comprendido que los pasillos largos cambiaban el patrón uno o dos caminos sin salida, todo este lugar era una especie de rombo, lo teorizaba mientras lo recorría, correr no serviría de mucho en estos momentos, el sol era apacible con su piel, sin embargo, mientras más pequeño era el pasillo, el frio lo acompañaba.
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Glyfalia. "El Libro Perdido"
FantasyLos libros pueden transportarte a lugares inimaginables, otro mundo muy distinto al que se conoce se hizo realidad, tras un accidente que debió terminar fatal ¿Cómo sobrevives con solo leer la página de un libro? Descubriendo el poder en manos equiv...