Cap.4. Hectáreas de pastó

61 12 15
                                    

Ambas esperaban en su habitación a la otra con las maletas listas, este era el primer vuelo en la ciudad, sabían que debían versé hermosas. Verónica fue la que más tardo detrás del espejo, para solo colocarse un vestido blanco con mándalas negras, con unas zapatillas bajas del mismo color; elegante y cómoda. Mientras que Emyli la esperaba abajo, con un vestido verde de mangas con los hombros descubiertos, cualquiera que las viera así, pensaría que son de la alta sociedad, y que se dirigen a uno de sus eventos más prestigiosos.

La rubia miro su bolso, en el cual podía ver una esquina del libro sobresalir, que poco a poco le estaba generando miedo, aun dudaba sobre llevarlo, desde de lo trajo a casa ha jugado mucho con sus pensamientos, incluso en sus sueños algo se había alterado. Aunque no le contara todo a Verónica, su boca ansiaba por decírselo, ella bajo despacio con un bolso negro en sus manos, y algo nuevo en su rostro, al terminar las escaleras la mujer sonrió, haciendo una reverencia jugando, la menor estaba sorprendida pero alegre de verla expresarse así.

El taxi ya las esperaba, subieron sus maletas y se dispusieron a vivir el mejor día de su vida, ya querían contárselo a su familia, en el camino Verónica se volvió la misma que se había perdido desde hace una semana, la alegría se notaba desde kilómetros, entre bromas y risas, el nombre de un hombre hizo crear curiosidad en la mujer mayor.

—¿Quién es Adrián?

—Lo veras más tarde.

Los pasos a tacón sonaron por los pasillos del nuevo aeropuerto de Bezmeck, todo era bastante moderno, con luces gigantes, detalles elaborados color dorado por todas las esquinas del techo, estar aquí era imaginar el futuro, era tan elegante y sofisticado que las personas comenzaron a tomarse fotos, incluidas ellas. Se dirigieron a la sala de espera, ese rincón de gente se veía como los próximos gobernantes.

Reporteros y camarógrafos ya estaban trabajando, el primer vuelo sería transmitido en vivo por televisión y radio, todos estaban emocionados al ver luces repentinas en cada rincón, incluso estaban entrevistado a algunos pasajeros. Se escucharon miles de aplausos cuando un hombre alto y bien uniformado salió, los "flash" de las cámaras no paraban, todas en su dirección desde todos los ángulos posibles; era el creador de aquel avión. Detrás de él, diez hombres de traje lo seguían, uno de ellos: Adrián Hilms. Las cámaras seguían captando a quiénes le debemos este viajé, alrededor de una hora pasó con las entrevistas de los colaboradores en vivo. Hasta que la siguiente frase por el creador fue dicha con micrófonos para la televisión nacional.

—¡Por favor, hay que recordar este gran día! ¡Juntó a los afortunados pasajeros de este gran viajé!

Un grupo de hombres de seguridad, guiaron a los pasajeros a la pista de aterrizaje, por un pasillo realmente hermoso. Un escalón alto, detrás de dos filas de sillas, frente al avión que abordarían en minutos, ya estaba preparado, jamás olvidarían esto, todos los afortunados pasajeros se sentaron y resaltaron su mejor perfil, excepto los colaboradores y el creador, que se pararon encima del escalón largo. Tenían a solo centímetros a las personas más importantes del año.

La foto que sería mostrada en el periódico fue tomada con todos de fondo, las cámaras no dejaron de encenderse. Emyli, pudo ver por último a Adrián siendo entrevistado, él saludo con su mano desde las cámaras para la chica, mientras ella subía al avión, con una sonrisa de despedida.

Glyfalia. "El Libro Perdido"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora