La mujer mayor se despertó, su estómago rugía como si no hubiera comido nada en dos días, al llegar a la cocina para prender el fuego, se percató de que Erick ya se había encargado de ello, como todo hombre hogareño, picaba los ingredientes para el desayuno mientras el fuego ardía, la mesa estaba lista con cubiertos de manera y las antorchas del refugio encendidas, parecía estar feliz de decorar su plato. El hombre la saludo regalándole una sonrisa contagiosa, dijo que quería disculparse por el día de ayer, la había escuchado llorando escondida en cuanto su ausencia, creía que su platica le habría afectado.
Apenada, Verónica solo se acercó y le ayudo con la bebida, "quizá el desayuno no había servido" creyó el hombre, hasta que la escucho agradecer susurrando, tocándole el hombro, no la presionaría más, esa chica le intrigaba mucho. Erick no tenia hermanos, trabajaba como abogado antes de llegar a Glyfalia, había pasado pocos años de su vida viviendo solo en un apartamento, eso y mucho más termino por enterarse la mujer mientras cocinaban junto, mientras sus manos se rozaban y sus miradas chocaban, después de todo, ese desayuno fue todo un éxito.
— Le diré a Emyli que venga. — afirmo la mujer después de limpiarse las manos. Él respondió que la mujer estaba en el bosque, usando las palabras exactas que la rubio usó. No le sorprendió que su hermana dijera aquello, y que comenzara con pequeñas acciones para aprender a sobrevivir, era grato saberlo. —Entonces solo seremos tú y yo. —dijo provocando una sonrisa en el hombre, aunque no obtuvo respuesta, era obvio que estaban bien. Era tranquilo e interesante conversar con él, le hacía reír mucho y lo disfrutaba, hasta que al cerrar los ojos su mente recordaba los hermosos días en los que, quien le hacía sonreír sin parar, era el hombre de Bezmeck.
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No podría acostumbrarse a ese apodo, el viejo sonrió mientras le recordaba como es que había llegado hasta aquí, no necesitaba inspeccionar mucho para saber que rumbo tomo la mujer para su encuentro; al verla caminar hasta él, pensaba que necesitaría tiempo para entrenarla lo suficiente para enfrentarse a Glyfalia. Imaginaba el día en el que encontró el libro, una chica ordinaria, inteligente y valiente, lo sabía con solo ver su rostro después de a ver corrido por el bosque sin quejarse, estaba parada frente a él mientras los rayos del sol se posaron justo en medio de sus ojos, esperando respuestas. Era la primera vez que una humana se paraba con tal firmeza sin intentar retarle, sin mostrarle temor, su concentración fue interrumpida cuando ella pidió que le revelara su nombre.
— Seré tu maestro solamente. Saber mi nombre no te servirá de nada.
— Bueno, maestro suena mejor que chica arbusto. —se quejó sonriendo.
Era diferente, deseaba ayudar a su reino tanto como extrañaba que su pueblo sonriera como esta mujer, quizá Carolina se había equivocado en no preocuparse por el escape de aquella rubia, miro el sendero que lo llevaría de vuelta al castillo seguido de escucharla, y podía sentir las ganas inmensas de la mujer por correr hacia el castillo para enfrentarla, sin embargo, también percibía lo duro que significaba recordar las paredes siniestras de la habitación en donde ya hubiera muerto.
— Mingh —dijo con la mirada baja, y inició la esperanza de la rubia. Dándose la vuelta en dirección al noreste en silencio, la mujer no volvió a intentar conversar, pues cuando él dijo su nombre, pareció susurrarlo, como si le doliera mencionarlo.
Al cabo de diez minutos, se detuvieron en un árbol aparentemente normal, no tenía el grosor de su acompañante, pero no era tan grande como el roble en donde vivía, podía tocar sus hojas con solo saltar un poco, la única sorpresa, fue que desde se encontraba aquel árbol, se podía ve una de las torres más altas del castillo, no tenía ventanas, y se sintió segura. Este pequeño árbol también tenía el símbolo extraño que vio en el libro y en el dibujo de Erick, este no estaba en ninguna de las ramas, estaba en el suelo justo entre las raíces que salían de la tierra, la vio en cuanto el maestro quito una piedra insignificante del suelo, estaba segura de que serie difícil buscar ese símbolo en especial, jamás lo hubiera visto por sí misma.
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Glyfalia. "El Libro Perdido"
FantasyLos libros pueden transportarte a lugares inimaginables, otro mundo muy distinto al que se conoce se hizo realidad, tras un accidente que debió terminar fatal ¿Cómo sobrevives con solo leer la página de un libro? Descubriendo el poder en manos equiv...