Capítulo XXXI: No cuadra.

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Inesperadamente para el castaño, Nero no buscó salir de la casa, en cambio se detuvo una vez estuvo en el  pequeño patio delantero donde lo soltó y empezó a caminar de un lado a otro sin decir palabra.

Era una extraña forma del más alto de intentar entender algo, en este caso, qué le había picado a Luther. Ya que, su hermano nunca se comportaba así, es decir, él no sonreía hace ¿años quizás? No entendía porqué lo hacía ahora, era extraño que ocurriera justamente cuando estaba Gen, incluso a Dante le había parecido extraña su celebración solo por comida a pesar de terminar por seguirle el juego.

No podía ser, ¿Acaso le había gustado Gen o algo?

A la mierda... En serio esperaba que no... Pero, ya no tenía como refutar la teoría que acababa de crear su mente, ya que no tenía idea de los gustos de Luther cuando se trataba de parejas. Esto al punto que incluso desconocía si este había tenido alguna relación o siquiera algún interés por alguien. Y bueno, es que usualmente le daría igual, lo que menos le ha interesado toda su vida es las relaciones amorosas de sus hermanos, es algo de lo que siempre prefería permanecer ignorante a toda costa.

Cada uno con su vida y que hagan lo que quieran...

Pero, ¿esto? De ser lo que pensaba involucraba directamente al castaño y... joder, no le apetecía tener a su hermano coqueteando en primera fila con Gen.

Lo natural ¿No? Imagina si tu hermano se pusiera a coquetear con un amigo con el que te llevas tan bien y estabas tan cómodo de poder hablar de lo que te venga en gana. Sería bastante irritante, tanto si le resulta como si no, aunque más si le resulta claro está ¿...O es que solo él se sentía incómodo ante esa instancia?

De todas maneras, estaba bastante seguro que, si esos dos se juntaban, sería un adiós a sus salidas, bromas sin sentido y, en consecuencia, la buena compañía del castaño. Porque su hermano era una rata de biblioteca andante, no parecía hacer nada más que leer y bueno, trabajar claro, aunque no estaba seguro si había estudiado leyes u otra cosa... ¿Cómo le iba a competir a eso?

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No, espera ¿Por qué siquiera iba a competir por eso?

Ya empezaba a desvariar, le estaba pasando la cuenta darle tantas vueltas a algo tan molesto y sin sentido...

- ...ro-- ¿Nero?

El más alto ni siquiera había captado que el contrario había estado llamando a su nombre desde poco después que salieron de la casa. Solo logró notarlo está vez porque Ian lo había tocado.

La confusión estaba plasmada en el rostro del peliblanco.

- Estabas como en otro mundo, blanquito... Te hablé un montón de veces y seguías caminando de acá para allá. Se te va a fundir el cerebro de tanto pensar - presionó su dedo justo entre las cejas del más alto, como si apretara un botón para que dejara de fruncir el ceño ¿Por qué parecía tan incómodo?

- No pensaba nada... - se juró convincente, pero su expresión y tono de voz ya le había fallado y qué decir de su actuar.

Se sorprendió a sí mismo siendo incapaz de soltar la mano del castaño en el mismo momento que se topó con su rostro. Al aún tener sus lentes veía la expresión preocupada del castaño con demasiada nitidez, de forma que ni siquiera fue capaz de sostenerle la mirada mientras en su mente seguía rondando la idea de que entre ese chico y su hermano surgiese algo. Demasiado rápido y sin previo aviso, cortó la distancia y apoyó su mentón sobre el cabello del contrario.

Podría haberse alejado y simplemente dejar de mirarlo, haber inventado algo para molestarlo y cambiar de dirección las cosas, pero no le llegaba ni una idea a la cabeza. Nada más que evitar de alguna forma que se alejara.

MamihlapimatapeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora