Capítulo XIV: ???

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Esa noche el castaño se movía de un lado a otro en la cama, no solo por el calor que aún con su ventilador no menguaba, sino también por su agobiante conciencia que reprochaba cada una de las acciones que cometió ese día.

La había cagado, de seguro.

- Ni siquiera sé porqué tuve que seguirle, era una locura, lo sabía desde un principio, pero yo y mi adrenalina dijimos "¡Oh sí! Es tu momento de romper algunas reglas Ian Genis, ¡salta ahora o nunca!". ¡Si ni siquiera estábamos haciendo nada malo! Ni tampoco íbamos a hacerlo... Creo...

Sus mejillas ardieron en rojo al percatarse del doble sentido de esa simple palabra.

- ¡No me refiero a ese hacerlo! Lo digo porque no hacíamos ni haríamos nada malo... ¡Agh! ¡Ni siquiera sé porqué lo aclaro! Ni que hubiera alguien--! ¡A menos que--!

Miró bajo su cama rápidamente alumbrando con el flash del móvil. Cada cierto tiempo se le pasaba por la cabeza que alguien podría estar debajo. Para su suerte estaba vacío como siempre.

- ¡Yo y mis ideas dispersas! ¡Dios! Claro que nadie va a estar debajo de la cama... La falta de sueño me está afectando... Si tan solo pudiese dormir de una vez... Y ese idiota... ¿Quién en su sano juicio escapa de esa forma prefiriendo dejar toda una baraja abierta a malentendidos que aclarar las cosas de una vez? ¡Y luego se molesta porque le digo la verdad! ¡Tenía que llamarlo alguien a tierra! Pero...

No fue capaz seguir hablando consigo mismo en voz alta. Había recordado la expresión del de ojos azules demasiado vivaz, notaba claramente en sus facciones el como le había dolido alguna de sus tantas palabras entrometidas. Le había dado una reprimenda al más alto, como si él mismo no hubiese hecho nada malo... Sin saber nada de él o su familia.

Durante todo el día había tratado de excusarse, al igual que lo hacía hace segundos, pero una y otra vez se daba cuenta que por mucho que fuesen ciertas sus palabras, las había escupido sin pensar en las consecuencias, sin pensar en el cómo le haría sentir al albino.

Su mirada se plantó en el techo de su habitación. No pudo pegar ojo.

...

En la Universidad a duras penas fue capaz de prestar atención a sus clases. Hecho que se repitió en su trabajo, reflejándose en que ni siquiera prestó atención a las reprimendas del día de su jefe.

Por primera vez, sin decir palabra alguna, salió disparado al minuto que dio el cambio de turno por algo que no fuera estudiar por un examen o ir tarde a otro trabajo a medio tiempo.

Había perdido demasiado tiempo. Debió haber hablado ese mismo día con Nero. Si tan solo hubiese tenido el valor de afrontarlo aún a pesar de su actitud amenazante.

Seguro seguía molesto. Pero aún así no se iba a quedar con ese peso en el pecho, aún si el contrario decidía mantenerse molesto como si fuera un niño.

O eso se decía. Pero cuando estuvo frente a la reja y tocó el timbre agradeciendo por única vez que viviera a la vuelta de su casa, no se escuchó nada del otro lado.

Esperar era lo único que deseaba no tener que hacer más en ese día, pero como siempre parecía sus planes no seguían la dirección que esperaba.

Tocó en los minutos siguientes varias veces más el botón, mas solo el silencio lo recibió.

Dio un suspiro. Se dio la vuelta y se sentó resignado a un lado de la acera. Ya estaba allí, no se iba a rendir tan pronto por más mala suerte que tuviese.

...

La música retumbaba en sus oídos mientras hacía un intento de no pensar en nada que lo impacientase, pero a medida que pasaba una y otra canción de la lista se ponía más ansioso.

La música dejó de llegar a sus oídos cuando alguien los quito de allí.

- ¿Qué haces sentado ahí? ¿A quién esperas? - cuando el castaño alzó la vista se desorientó por completo.

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By AjnaPiéride.

Publicado el 31 de mayo del 2020.

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