XXXVIII: Demasiado pronto

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Un silencio incómodo se formó entre ambos.

Nero dudaba si debía decidir en ese mismo momento, era demasiado que digerir y no tenía idea si realmente era una buena idea. Por mucho que hubiese despertado toda su curiosidad sobre esas cartas, aún si quisiera saber la verdad de las cosas, no por lo que dijeran los otros, no por cuentos e historias, sino por hechos... Temía descubrir algo más allá de lo que fuera capaz de tolerar.

- Dame unos días, para pensarlo primero - trató de sonar firme, pero su voz salió más insegura de lo que deseaba, no había logrado controlar sus emociones lo suficiente, pero para su suerte su mirada se había enfriado.

- Dame una respuesta al final de la semana.

...

Esa tarde volvió caminando, ninguno de los gemelos estaba en casa y aunque lo hubieran estado, continuaría pretendiendo que nada había pasado. Nadie tenía por qué saber nada de lo que estaba ocurriendo, ya lo resolvería por su cuenta. Por ahora solo tenía que centrarse en cumplir su palabra terminando y entregando lo que terminaría siendo, seguro, más que solo una carpeta repleta de trabajos pendientes. La mitad de ellos lo solicitaban a mano y la otra mitad impreso.

...

Para cuando Dante entró a la casa, todo estaba en completo silencio, ni una brisa por alguna ventana abierta, ni pasos, nada.

- ¿Nero? ¿Estás en casa? - lo llamó en voz alta, aunque no esperaba algún tipo de respuesta, seguramente había salido y todavía no volvía, como siempre.

Suspiró mientras subía pesadamente las escaleras, cansino. Seguramente tendría que esperarlo hasta tarde y si aún así no llegaba, saldría a buscarlo. Y en esa instancia era lo que menos deseaba tener que hacer, estaba suficientemente preocupado ya y bastante aterrado, aún si no era algo que admitiera fácilmente en voz alta.

El embarazo de Deylan se había complicado, la fecha se había adelantado a ese fin de semana y ambos tuvieron que mantenerse en el hospital para que el chico estuviera bajo observación al igual que los bebés. A penas había logrado pegar ojo unas horas esos días de lo preocupado que estaba entre los numerosos chequeos que le hacían a su pareja y a sus pequeñajos, hizo su mejor esfuerzo en cuidar el sueño de Deylan, lo más que pudo para que recobrara fuerzas y mantenerse animado frente a él, pero ambos eran nuevos en todo lo que pasaba y aún así, con todo lo ocurrido y lo que le había explicado el médico a solas, Dante sabía de sobra que los primeros meses de cuidado serían aún más cruciales de lo que ya tenía imaginado.

Estaba demasiado preocupado por haberlos dejado solos, aún así agradecía el que Deylan hubiese sido firme y le insistiera en ver a Nero, ahora que Luther estaba de viaje en el extranjero y más aún cuando vieron la llamada perdida en su móvil de la escuela de Nero. Y es que se le había formado una inmensa dualidad interna, entre el quedarse hasta el más infimo segundo y, por otro lado, asegurarse que Nero estaba bien, seguro y en casa.

"También tienes que cuidar a tu hermano, grandullón", le había dicho Deylan antes de despedirse, y es lo que él también pensaba.

Respiró profundo una última vez, armándose de paciencia ante lo que intuía, planeando de ante mano lo que tendría que hacer en las diferentes instancias, pero rápidamente se quedó perplejo, plantado en el marco de la habitación de Nero.

El menor estaba sentado en su escritorio, sumamente concentrado, tan inmerso en lo que tipeaba que ni siquiera se había dado cuenta de la presencia de su hermano en la puerta.

Tenía varios papeles arrugados amontonados junto a otros que parecían estar apilados ordenadamente sobre su cama, mientras que varios más permanecían casi de la misma forma sobre el escritorio que utilizaba.

Era primera vez en mucho tiempo que lo veía así de interesado en algo, se desordenó un poco el cabello y sonrió ampliamente ante lo que veía. Sin decir nada bajó las escaleras y fue directo a la cocina a prepararle algo.

Quizás ese chico castaño le estaba haciendo ver en las cosas distinto o puede que... Nero al fin se hubiese decidido en lo que quería a futuro.

...

Comenzaba a hacerse tarde cuando terminó el primero de los numerosos informes, se estiró y sintió un aroma que le recordó no había probado bocado desde temprano y el agua parecía no ser capaz de seguir menguando el apetito.

Bajó las escaleras con cierto entusiasmo, hasta que recordó que estaba solo, entonces, nadie debía haber preparado nada...

En primera instancia pensó preguntar directamente en voz alta por Félix, pero si lo hacía caía en un problema si no era él. Además, recordaba que habían cambiado las cerraduras hace unos días.

¿Luther había adelantado su regreso? Difícilmente... Se suponía que incluso el ubicarlo era casi imposible por la falta de señal y lo caro de la tarifa al realizar llamadas.

¿Gen le había hecho una visita sorpresa? ¿Pero cómo entraría a su casa? Nah...

¿Dante? Seguramente no, ya no vivía allí, se lo había dejado bastante claro la última vez, ¿Para qué vendría especialmente--?

- Ey, hasta que te das un descanso.

- ¿Qué haces aquí? - no podía creer a quien tenía delante.

- Pruebo un poco de lo que cocinaron, aunque creí que la cocina se te daba fatal... ¿Lo hizo alguno de tus lindos hermanos?

- ¿Cómo entraste? - trataba de mantener su voz calmada.

- ¿En serio eso es lo que quieres saber? ¿Porqué no mejor me preguntas cómo has estado después de tanto tiempo? ¿Qué he hecho? ¿Te he extrañado? ¿Por qué no te busqué? O quizás ¿Por qué no me das un reproche? Gritando algo como... "¿¡Por qué mierda estás aquí!?" mientras me destrozas con esos ojos fieros, ¿Mmh?

~★~

By AjnaPiéride
Publicado el 24 de septiembre del 2022

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