Capítulo XVII: No al silencio.

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El pelicafé llevaba unos 40 minutos sujetando la manija de la puerta. 40 minutos reprochándose lo que estaba haciendo. 40 minutos arrepintiéndose de su idea de poner en su lugar al albino.

¿Siquiera cómo iba a hacer eso? - Se preguntó por enésima vez.

Aún podía quedarse en casa. Aún podía dejar plantado al albino.

Minuto 41.

Jaló la manija y por fin salió.

No podía hacerlo.

...

Nero salió unos 30 minutos antes de la hora que acordaron. Tuvo en cuenta por completo la advertencia del contrario y bueno... No es que tuviese problemas en tomar cualquier oportunidad para estar lejos de casa.

Estando fuera se apoyó en uno de los varios árboles dispuestos entre la acera y la calzada. Como era costumbre la música fluyó a sus oídos una vez se colocó los audífonos mientras aparentaba revisar su móvil. Su mente estaba en otro lado.

...

Ian llegó antes, tal y como había prometido, pero fue grande su sorpresa cuando faltando aún 10 minutos vio delante suyo a Nero, esperando.

No lo veía como alguien muy responsable o confiable, mucho menos puntual. Pero en contra de todo pronóstico mental, ahí estaba, sin siquiera notar su presencia, a pesar de ya estar a solo unos pasos de distancia.

Aprovechó de verlo de arriba a abajo con detalle para ver si se había arreglado o algo. Curiosamente parecía haberlo hecho y sintió que se veía mil veces mejor de lo que él mismo lucía en ese instante. Hirió un poco su vanidad el fuerte contraste de apariencias.

Mientras el castaño llevaba una simple camiseta negra manga corta que le llegaba a las caderas con un logo de su banda favorita, unos skinny jeans rasgados y zapatillas del mismo color. El albino llevaba una camiseta roja manga corta que se le ajustaba al torso, al cuello una cadena tipo militar, agregando una chaqueta de cuero con capucha, pantalones negros a juego y unos botines del mismo color. Su cabello blanco semi corto arreglado hacia un lado. Mientras que él llevaba el cabello igual que siempre.

Dio un suspiro interno, y como si con ello hubiese sido suficiente para que notase que lo observaban, Nero alzó la vista y plantó su mirada justo en el castaño. Estaba a la distancia justa para poder reconocerlo.

Le dio una sonrisa ladeada mientras se quitaba los audífonos.

- Hey, chico virgen, creí que me dejarías plantado... - comentó viéndolo de pies a cabeza sin pizca de incomodidad. Lo que le provocaba todo lo contrario al castaño.

- Créeme, tenía toodas las ganas de hacerlo, - respondió sarcástico - pero si digo algo lo cumplo, aún si es una mala idea y lo hago de mala gana. Además, el que se adelantó demasiado eres tú - desvió la mirada.

- No podía arriesgarme a darte más tiempo para arrepentirte ¿No? Después de todo, planeabas no esperarme si tardaba, aunque tú hubieses llegado antes.

- Uhh... ¿Así que sí escuchas?

- Siempre que está involucrado algo de mi interés...

- ¿Y... Te preocupaste o qué? - trató de picarlo un poco.

- ¿Acaso te gusta esa idea? - alzó su ceja cortando la distancia.

MamihlapimatapeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora