Capítulo II: Intentemos otra vez.

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Las clases habían comenzado hace algunas semanas para el de ojos azules y los numerosos trabajos pendientes que se iban acumulando no tardaban en recalcarlo. En especial ese día, en el que acarreaba cada uno de esos papeles descuidados en la mochila.

Aunque, más temprano que tarde, una única instancia fue suficiente para que tirara esa carga, para él sin sentido, tras un arbusto y acelerara el paso.

La sonrisa que se le plantó en la cara era radiante.

...

El castaño había estado sumido en la idea de llegar lo más pronto a casa al punto de tener su vista fija al frente, ignorando cualquier silueta que apareciera delante. Estaba cansado, tenía hambre, una pila de cosas por hacer y eso no lo ponía de muy buen humor. Era como si le quitaran cualquier energía disponible en su cuerpo. Al menos faltaban tan solo unas cuadras y por fin--

- ¡Ey! ¡Chico virgen! no esperaba encontrarte por aquí...

Solo bastó escuchar "chico virgen" para acarrear desagradables recuerdos y se le fuera la poca emoción que le quedaba en la cara. Tenía que ser alguna clase de broma de mal gusto.

- ¿Tan desesperado estabas por volver a verme que decidiste comenzar a buscarme? - volvió a comentar esa voz de la misma forma que ese tipo raro, de verdad rogaba que no fuera él.

- Aunque para alguien que acaba de encontrar lo que llevaba meses buscando no te ves para nada animado...

La respuesta llegó al momento que sus ojos logran enfocar la imagen al alzar la vista. Un rostro desafortunadamente familiar se dibujó en su campo de visión.

El destino no estaba de su lado.

- ¿Qué me miras tanto? ¿Acaso te encandilé? - cortó el silenció nuevamente el de ojos azules.

- ¿Q-Qué--? - lo miró como si fuera un ser extraño, tal vez se había quedado viéndolo unos segundos más de lo que solía ver a la gente ¡pero él no tendría por qué tener idea de cuánto tiempo era! - ¿Tan rápido alucinas cuando me ves? ¿Acaso tomaste algo? acabo de alzar la vista para responder. Por simple cortesía, nada más... - comenzó a caminar en dirección opuesta a la de antes, ni en broma iría a su casa con ese tipo siguiéndole los pasos.

- No parecía solo por cortesía, - uso la misma palabra - querías comerme con la mirada ¿acaso no me viste la primera vez lo suficiente? ¿o el frío no te dejaba distinguir lo que tenías delante?

- Tal vez no puedas distinguir que no me interesa tu compañía - comentó tajante - ¿Eres alguna clase de acosador? Deja de seguirme.

Podía darle un único punto a favor... Ni siquiera se había molestado en analizar a detalle su aspecto como para notar si al menos era atractivo la primera vez que se topó con ese ser insistente. Pero ahora que lo tenía delante y con ropa algo más veraniega a pesar de aún ser primavera la cosa cambiaba un poco... ¿Acaso ese tipo había evolucionado en apariencia o algo así? ¿O era él demasiado impresionable al tener un chico de alrededor de 1.80, con un probable cuerpazo que de seguro notaría con lujo de detalle de no ser por la sudadera que traía y los pantalones estilo militar... Sin dejar atrás esos ojos azules y un cabello blanco sedoso que de seguro tenía que ser teñido?

Bien. Ahora no estaba solo apresurando el paso para alejarse de él, sino también para alejarse de estúpidas ideas que aparecían en su mente. Los pensamientos son cosa de temer.

MamihlapimatapeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora