El rugido salvaje /Yoonmin (Omegaverse)

Plan de caza

Era ya de madrugada, y en el territorio de los Leones, las Omegas seguían a su Líder, llevando cada una el cadáver de un jugoso Demon, que alimentaría al Clan ese día. No todas las hembras cazaban la misma noche, algunas participaban solo en ocasiones, pues retribuían de otras formas a la comunidad.

Jimin siempre participaba, no es que fuera su obligación estar en cada una, porque su principal función era el gestionar, en cuestiones como: quienes participaban, la cuota del día y los especímenes a los que se les daba prioridad, dejando un tiempo prudente entre grupos de demons, evitando de esta forma que se esparcieran o no tuviera suficiente energía para volver a aparecer. El Líder Omega conocía todos sobre su oficio, aunque desde que asumió el cargo tuvo muchos obstáculos y algunos Alfas pudieron o no dudar de su madurez por lo joven que era, sin embargo, no pudieron exteriorizarlos por obvias repercusiones a su integridad física. Eso al final no logro afectarlo, mientras que las Leonas confiaron ciegamente en sus métodos, su caza sería exitosa.

El Clan nunca aguantó hambre, y cumplían con un comercio abundante con 3 de los pueblos civilizados que los rodeaban. La única razón por la que no ampliaban su distribución, era por el equilibrio que debían mantener en sus tierras. La comunidad salvaje prosperaba alegremente, bajo la bendición de los protectores y el gran Astro, los Leones agradecían no sufrir carencias, claro que sin desmeritar el trabajo del trío líder que velaban desde sus labores, por el bien de todos.

Cerca de la tienda de Jimin, las Leonas que no participaron en la caza de hoy, trajeron los utensilios y materiales, para tratar la carne, ya sea cocinándola para distribuirla o empacarla para los compradores que venían a media mañana. Como parte de su deber, la antigua tienda de los padres de Jimin contaba con un patio donde se encontraban dos grandes asadores y una cocina de gas, protegida por una construcción rústica de madera, con un cobertizo al lado, donde empezó a almacenarse las piezas despellejadas y limpias.

Por su tranquilidad mental, el leoncito bloqueo todo lo relacionado al León doméstico, que se paseaba nervioso, viendo hambriento toda la gestión de comida. Era un espectáculo triste, al verlo de cerca y darse cuenta de lo sucio que estaba el Alfa.

-Iris- Jimin se acercó a una Leona, que había terminado el proceso de limpieza de un jugoso muslo.

-Jimin, mi lindo leoncito ¿Que necesitas? - Aún con su aspecto rudo, la hembra sonrió encantada a su líder Omega, contenta de verlo sonreírle en su dirección.

-Trae útiles de aseo para el nuevo- El leoncito sabía que no era prudente seguir arrastrando la dignidad del doméstico, pues al final eso lo desmeritaría también. A los ojos del Clan eran una pareja, así que debía hacerlo respetar.

Por ahora tenía que aguantar un mes, donde la prioridad era quedar en cinta, y orar porque fuera una camada de trillizos, lo cuales eran bastante comunes en su familia, así que las probabilidades estaban de su lado. No todo iba a ser tan malo, al menos tenía ahora a un increíble Macho Alfa, tonto y amaestrado, pero eso no le quitaba el atractivo sexual de las fuertes feromonas, y mientras se mantuviera callado, Jimin podía solo concentrarse en el físico.

Iris llego poco después con una barra de jabón que ella fabricaba, al parecer sin aroma, pero con propiedades cítricas que eran beneficiosas para la piel. Chanmi acompañaba a la mayor, dedicándole un saludo de buenos días a su amigo, mientras sostenía una botella de vidrio gruesa, que contenía un shampoo casero. Ambas Omegas le pidieron al Alfa que las siguiera hacia el lago para que estuviera presentable durante el desayuno.

-Jimin- Otra de las hembras interrumpió su tarea, que era mirar de lejos al doméstico, que cauteloso siguió a sus secuestradoras. –Traje ropa para su pareja- Anuncio alegre la Leona Bel, con unos pantalones holgados de piel, de una tonalidad beige, y una chaqueta de cuero negra.