El rugido salvaje /Yoonmin (Omegaverse)

Reencuentro

Namjoon se encontraba en su tienda, jugando con su revoltoso cachorro Aka, que se encontraba entretenido en una feroz pelea con sus manos, cuando el Alfa estaba tratando de que se fuera a dormir. En la esquina, bajo una lámpara de aceite, se encontraba Naya, leyendo la carta que le mandó SeokJin por medio de Jungkook.

Aún recuerda ese fugaz año que estuvieron completamente juntos, como una pareja con una familia propia. Fue justo cuando Jin estaba a mitad de su embarazo y tuvieron que huir a la civilización, después del ataque de Juma y Tafari. Con su corazón pesado, después de presenciar la muerte de su padre Omega, y el Tigre afligido por la traición de sus semejantes, a ambos les costó formar un hogar en ese territorio desconocido.

Aunque Namjoon trató con cada pizca de energía, todos los días que estuvieron juntos, de hablar con su Omega, sobre sus planes a futuro, con ellos dos criando al trío líder, hasta que pudieran ir a reclamar su legítimo lugar entre los Tigres. Pero al final, nada de eso fue suficiente, el Alfa lo supo cuando los bebés nacieron, y vieron que el Omega macho era por completo un Tigre.

Tiempo después pensó, qué tal vez SeokJin en el fondo no quería Leones en su clan, por eso se fue para conservar la poca pureza en sus genes. Que más podía pensar, cuando fue abandonado un día cualquiera, con dos cachorros de 10 meses, sin ninguna explicación o alguna promesa a la que aferrarse.

Él, quien lo abandonó todo por SeokJin, al final se quedó solo, destrozado y confundido, obligado a guardar todo lo que sentía para volver arrepentido con su familia, esperando que ellos pudieran perdonarlo. El primero a quien acudió fue Hoseok, que a grandes rasgos le explico la situación actual del Clan, y el cómo después de la muerte de Khalid, obligo a sus dos hermanos a relevar al trío actual de líderes, siendo su tío el Líder Alfa el único obligado a persistir.

Amparado por su familia, se les revelo a todo los Leones, que quienes los atacaron fueron los Tigre, y que él solo estuvo fuera ese tiempo por haber quedado muy mal herido, casi al borde de la muerte. Así fue como tomo el manto de Líder Alfa, bajo una ceremonia que culmino con él librando varias batallas con los machos más fuertes, hasta que todos estuvieron de acuerdo con la sucesión.

En ese tiempo dejaba a sus hijos a cargo de una de sus tías, mientras que las Leonas que debían ser parte de su harem, se mantenían al margen, desconfiadas, eso hasta que Naya fue a su tienda. La hembra era 10 años mayor que él y por su fuerza espiritual, había sido nombrada como la sucesora del título de Khepri, por lo cual ningún Alfa podía reclamarla para su harem.

La mujer era alta, pero con una figura delgada, diferente a las formas rudas de las cazadoras curtidas, ella destacaba por su espalda pequeña y sus extremidades delicadas. Namjoon rememora su primer encuentro formal, con la Leona sonriéndole de forma cálida, como una amiga que viene de visita.

-Hey Líder, me alegra ver que está mejor- Tratando de ser cuidadosa con su actitud, Naya se había sentado al frente del Alfa, alcanzando su mano en un gesto reconfortante. –Quisiera que eso fuera una constante, así que he venido aquí para ayudarlo.

-Naya muchas gracias, pero dile a Khepri que no se preocupe, lo tengo cubierto- La Omega negó en ese momento molesta, porque Nam sabía que no eran buenas aceptando negativas.

-Necesitas un harem y lo sabes. Hablare con las chicas para que todos lleguemos un acuerdo, y yo me haré cargo de tus cachorros por un tiempo- El Alfa en ese momento se tensó, apartándose del toque de la Leonas.

- ¿Khepri te lo dijo? - Naya asintió, dándole su tiempo a Namjoon para calmarse.

-No voy a dañarlos, la protectora seguirá prestándoles ayuda mientras tú seas uno de los Líderes. Es más, dijo que la Omega será permitida, pero lastimosamente el Alfa no, porque aparte de su apariencia hibrida, heredo la melena negra de un Líder, llamara demasiado la atención, debemos esconderlo en la civilización- Con el tiempo, el León negro termino aceptando la ayuda de Naya y otras dos leonas, para guardar las apariencias.