Un mes después de que los tigres y leones comenzaran a convivir, un nuevo peligro emergió del bosque, perturbando la frágil paz entre los clanes. Por las noches, criaturas impuras, resultado de la corrupción que se había extendido por la selva, empezaron a aparecer esporádicamente, atacando con ferocidad.
Estos seres amorfos eran horripilantes a la vista, como si estuvieran corroídos por la contaminación. Su piel parecía metal oxidado, dándoles un aspecto enfermizo y degradado. Sus ojos eran grandes y brillaban con un rojo intenso, llenos de una malicia inhumana. Sus bocas estaban repletas de dientes prominentes y afilados, dispuestos caóticamente, como si fueran herramientas diseñadas para el desgarro y la destrucción.
Las noches en el campamento se volvieron tensas. Tigres y leones, ahora unidos por la necesidad, se enfrentaban a estos seres en brutales combates. Las garras de los tigres y las poderosas mandíbulas de los leones se encontraban con la dureza metálica de los impuros. Los enfrentamientos eran viscerales y despiadados, con ambos bandos luchando con todo lo que tenían.
Una noche particularmente intensa, un joven tigre se encontró cara a cara con uno de estos seres. El impuro se abalanzó con sus dientes al descubierto, pero el tigre, ágil y decidido, esquivó el ataque y contraatacó con una serie de zarpazos rápidos. La criatura retrocedió, pero no antes de dejar una marca en el costado del tigre con sus garras corrosivas.
En otro enfrentamiento, una leona experimentada mostró su habilidad y fuerza. Con un rugido poderoso, se lanzó contra un impuro, derribándolo con el peso de su cuerpo. La lucha fue feroz, pero la leona, movida por el instinto de proteger a su manada, logró asestar el golpe final, desgarrando la garganta de la criatura con sus colmillos.
Estas batallas nocturnas se convirtieron en una rutina aterradora para los habitantes del campamento. Cada amanecer traía consigo el alivio de haber sobrevivido una noche más, pero también el sombrío recordatorio de que la amenaza de los impuros estaba siempre presente, acechando en las sombras del bosque.
En respuesta a los frecuentes ataques de los impuros, se convocó una reunión crucial. A la mesa redonda se sentaron figuras clave de ambos clanes: por los leones, Namjoon, Hoseok, Yoongi y Jimin, y representando a los tigres, Jungkook, SeokJin, Daehyun y Jae, quien gracias a su don de clonación podía estar en dos lugares al mismo tiempo.
Aunque la reunión era de carácter serio, para Yoongi, esta era la primera vez que lo incluían en un evento de tal importancia, y no podía ocultar su emoción y nerviosismo.
La sala estaba bañada en una luz tenue, creando un ambiente solemne y concentrado. Hoseok, con su habitual serenidad, comenzó a hacer un recuento detallado de los ataques. -Hasta ahora, no hemos tenido bajas, pero la situación es alarmante. Todo indica que estos impuros están buscando específicamente a Jimin. Parece que Tafari no ha renunciado a ejercer su retorcida justicia.
Namjoon, con una expresión grave, expresó su preocupación. -La pérdida de nuestro padre Khalib, fue un golpe duro para todo el Clan. No podemos permitir que algo similar le suceda a Jimin. Debemos tomar todas las medidas necesarias para protegerlo.
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El rugido salvaje /Yoonmin (Omegaverse)
FanfictionLa ilusión de una vida perfecta, la añoranza de compartirla con tu alma gemela; el abrupto rugido que te lo arrebata todo. Yoongi solo quería sentirse salvaje y vivo esa noche. Pareja principal: Yoonmin Pareja Secundaria: HopeV - NamJin