El rugido salvaje /Yoonmin (Omegaverse)

Días de espera

Antes de que los dos clanes se dieran cuenta, varios días ya habían pasado y aunque los tigres se adaptaban a su nuevo entorno en el territorio de los leones, la atmósfera no dejaba de estar cargada de una tensión cautelosa. Es cierto que los leones se esforzaban por ser cordiales, algo de elogiar en su especie, pero la larga historia de rivalidad entre los dos felinos no se podía olvidar de la noche a la mañana. Ambos grupos, acostumbrados a vivir según sus propias reglas y culturas, chocaban constantemente. 

Los leones, guiados por Namjoon, mostraban una hospitalidad medida, conscientes de la importancia de mantener la paz. Ofrecían comida y refugio, intentando respetar las costumbres y el espacio personal de los tigres. Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, los roces eran inevitables. Los tigres, aún desconfiados y en guardia, a menudo malinterpretaban las intenciones de los leones, lo que llevaba a confrontaciones menores.

En varias ocasiones, los leones más jóvenes, no acostumbrados a la presencia de tigres, mostraban signos de agresión, lo que provocaba respuestas igualmente hostiles de los tigres. Estas escaramuzas, aunque menores, amenazaban con perturbar la frágil paz que ambos grupos intentaban mantener.

Era entonces cuando otros miembros de ambas comunidades intervenían, calmando los ánimos y recordando a todos la importancia de su unión temporal. Tigres y leones más experimentados, que entendían mejor la gravedad de la situación, a menudo tomaban la delantera en estos esfuerzos de pacificación.

Un momento particular surgió una tarde tranquila, cuando el Gran astro comenzaba a descender en el horizonte, bañando la sabana con tonos dorados y naranjas, cuando un grupo de cachorros de tigre, juguetones y curiosos, se adentró en una zona donde los jóvenes leones estaban practicando sus habilidades de caza.

Inicialmente, los cachorros de león miraron a los pequeños tigres con desconfianza, sus colas se agitaban con cautela. Pero la inocencia y la curiosidad infantil pronto trascendieron las barreras de especie. Uno de los cachorros de tigre, se acercó con una pelota de hojas y hierba que había encontrado en su camino.

Un cachorro de león con su melena incipiente, aceptó el desafío juguetón y pronto ambos comenzaron un juego de perseguirse la pelota.

Los adultos de ambas especies, que observaban desde la distancia, no pudieron evitar tensarse, mirándose mutuamente, pues las madres de cada cachorros estaba recelosas de tal interacción. Pero la noche llego y los cachorros se prometieron volver a jugar. Surgiendo así la primera amistad entre ambos clanes.

Mientras más cachorros de tigre y león compartían momentos de inocente camaradería, Namjoon y Jungkook, los líderes alfas de sus respectivos clanes, se encontraban sumidos en una profunda preocupación. La reticencia de Chanmi y Darren en volver o siquiera escuchar de la situación actual, pesaba como una sombra sobre los dos clanes.

La preocupación de Namjoon por Chanmi, era más profunda. La relación entre padre e hija desde su perspectiva había sido idónea, siendo su única y mas mimada niña, pero había sido diferente para la Leona. Consciente de los errores del pasado y de cómo estos habían afectado profundamente a sus hijos, se sentía responsable por la reticencia a volver.

Jungkook, aunque no tenía la misma conexión con nadie de los implicados, compartía la preocupación de Namjoon. -Aunque quiero solucionar las cosas cuanto antes, todos en el clan aceptan que el rechazo que le dimos a esos cachorros, dejó una herida profunda en ellos. Por lo que esperaremos el tiempo que ellos necesiten, es lo menos que se nos ocurrió para enmendar los errores del pasado.

Cerca del Líder Alfa siempre parecía estar Naya. Jungkook llevaba poco de conocerla, pero estaba sorprendido por lo distinta que era a otras Leonas. También observo que Namjoon era particularmente protector con ella, asegurándose de que no estuviera lejos de su vista, especialmente en tiempos tan turbulentos.