De vuelta a lo salvaje

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Al mediodía, bajo el implacable Gran astro, que desplegaba su luz abrasadora por las extensas llanuras, los Leones del clan original sintieron de nuevo la presencia de su Líder Omega, por lo que el ambiente se lleno de jubilo. El regreso de Jimin, quien había estado ausente durante varios días, estaba impregnado de una anticipación palpable. Las leonas, en particular, aguardaban con una mezcla de emoción y orgullo. Para ellas, no era solo su líder, era una presencia que les traía equilibrio, a la que seguían felizmente. 

Las cazas habían sido desordenadas, con todas las hembras peleando por el dominio, había sido una autentica pesadilla. Así que hasta los machos estaban celebrando que volviera el Líder Omega.

Las vibraciones del suelo anunciaban la llegada del grupo. Las crías jugaban despreocupadas, pero incluso ellas podían sentir la importancia del momento. Las leonas se alineaban, sus miradas fijas en el horizonte, esperando el primer vistazo de su líder. Chanmi también estaba allí, feliz de ver a su tío gruñón. Namjoon estaba bastante molesto de que su hermano menor fuera el único que no recibió la ira de la Leona, todo por esas estúpidas feromonas que calmaban a las hembras. 

Cuando finalmente aparecieron Jimin y sus compañeros en la distancia, un murmullo de emoción recorrió la multitud. El León, con su paso firme y seguro, lideraba el grupo, su figura emanando la confianza y la dignidad de un verdadero líder Omega.

Las leonas comenzaron a acercarse, sus expresiones llenas de alegría. Algunas más jóvenes, incapaces de contener su entusiasmo, corrían hacia adelante, mientras que las más experimentadas mantenían una dignidad comedido, aunque sus ojos brillaban con el mismo sentimiento de felicidad.

El encuentro fue un momento de pura alegría. Jimin fue recibido con abrazos, rugidos suaves y gestos de afecto. Se tomó su tiempo para saludar a cada leona, pavoneándose en toda la atención.  

Yoongi se pregunto, si toda la tención que les daban las Leonas al Líder Omega, era la razón por la que las personalidades de estos fueran tan...demandantes.

Namjoon estaba al margen de la celebración, era difícil poner en palabras como se sentía, aunque eso poco importara, porque no habría ningún argumento que lo salvara del castigo implacable que su hermano menor le iba a dar.

-Líder Alfa- Jimin lo llamó fuerte y claro, callando a todos los presentes, que se apartaron de su campo de visión, dejando a los dos hermanos frente a frente. La mirada altiva del omega no auguraba nada bueno. -Tu decisión de enviarme lejos no solo fue un error, fue una traición a mi naturaleza y a mi posición como Líder Omega. Me alejaste de mi clan, de mi tierra, de aquellos que necesitaban mi guía.

-Jimin, yo solo...

Fue interrumpido, por el tono duro e intransigente del Omega. -No hay excusas que puedan justificar lo que hiciste. Me arrebataste lo que más valoro: mi libertad y mi derecho a liderar. Por lo que mi Alfa, te reta a una pelea para castigarte por tu falta de respeto.

Todos en el clan se quedaron de piedra, mirando fijamente al civilizado.

El Líder Alfa esperaba que esto fuera solo una broma, porque las implicaciones eran terribles. -Es imposible perder para mí, deja de jugar con eso.

-Yo no estaría tan seguro, si fuera tú- resonó una voz femenina con poder, atrayendo la mirada de todos los grandes felinos hacia un punto brillante que parecía emanar del Gran Astro. Khepri se materializó ante ellos como un meteorito, encandilando con su presencia deslumbrante y casi etérea. Su figura resplandecía con un brillo dorado, destellando luz en cada movimiento, como si estuviera hecha del más puro y reluciente oro. Sus ojos brillaban con un fulgor que parecía contener el poder de una pequeña estrella.

El rugido salvaje /Yoonmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora