El rugido salvaje /Yoonmin (Omegaverse)

En tus cálidos brazos

Lejos de todos los problemas del territorio salvaje, se encontraban Taehyung y Hoseok, compartiendo una pequeña cita en el departamento del Omega. Ambos demasiado metidos en un juego de ajedrez. La situación había comenzado cuando el omega preguntó qué quería saber de la vida civilizada, a lo que el Alfa mencionó que le parecía divertido ese juego de mesa. Sin embargo, ahora que lo ponían en práctica, no era como se lo esperaba.

Taehyung, con una sonrisa juguetona en los labios, movía las piezas con una facilidad que demostraba su familiaridad con el juego. Por otro lado, Hoseok, aunque inicialmente entusiasmado por aprender algo nuevo, pronto comenzó a fruncir el ceño ante la complejidad y la estrategia que requería el ajedrez.

-Creí que sería más... directo, más físico- comentó Hoseok, observando el tablero con un gesto de concentración. -Es como una batalla silenciosa- añadió, intentando anticipar el próximo movimiento de su contrincante.

-Solo es un juego de paciencia y estrategia, llamarlo batalla es gracioso- Burlándose abiertamente, siguió destrozando al salvaje. -Solo es memorizar cada pieza.

Mientras las partidas continuas de ajedrez entre los dos avanzaba, algo notable comenzó a suceder. Al principio, Hoseok había parecido inseguro, incluso un poco torpe, moviendo las piezas con una especie de cuidado cauteloso. Pero algo en su actitud cambió después de la quinta derrota. Su mirada se tornó más aguda, y sus movimientos empezaron a fluir con una sorprendente naturalidad, como si su instinto salvaje hubiera encontrado una nueva forma de expresión en el tablero de ajedrez.

Llegó un momento crítico en el juego, donde Hoseok con un movimiento audaz y poco convencional, avanzó su caballo, saltando entre las piezas de su oponente, para luego capturar una torre descuidadamente expuesta, y también amenazar al rey.

-Parece que gane- Sonrió en grande el salvaje, a la par que llevaba a su reina a eliminar al rey contrario.

-Esto no puede estar pasando, ¿es alguno de tus poderes de Shaman? Hacer trampa, mueves tus manos mientras me distraes con esa sonrisa- Taehyung bromeo tratando de ser coqueto, porque ya estaba aburrido del ajedrez.

-¿Te gusta esta cosa vieja?- Pregunto divertido, sumándole sus blancos diente al cuadro, sin poder evitar sentir cierta calidez en la boca del estómago, el omega lograba distraerlo de todos los problemas que tenía en su hogar.

-Puuf, lo haces a propósito- Lo acusó sin poder contener la risa, que solo se agravaba por esa mirada de autosuficiencia.

–¿Estás seguro de que solo eso te gusta de mi? – Los dedos del Alfa se deslizaron sobre la pálida palma del Omega, como si estuvieran seduciéndolo.

–No intentes jugar conmigo. Sé lo que estás tratando de hacer – La mirada del mayor era peligrosa, mientras limitaba cualquier movimiento travieso por parte de la mano del Alfa, atrapándola en un agarre firme.

–¿Qué estoy tratando de hacer? – Intentó sonar sorprendido, como si lo estuvieran acusando injustamente. El León albino solo sonrió, le parecía ridícula esa presunción de inocencia.

–Y todas esas preguntas, ¿qué eres ahora, un cachorro? – La lengua de Hoseok se paseó lentamente sobre sus labios, tratando de frenar las ganas de efectuar la acción en los belfos del otro.

–El juego que propongo no es para cachorros – Las dobles intenciones eran evidentes, con las feromonas bailando entre ellos, incitándolos. Taehyung podría ceder, pero no sería un buen juego de caza así.

–No me divierten los juegos para adultos –comentó, mostrando una pizca de tristeza, mientras la sombra de la soledad oscurecía su semblante.

–¿A qué se debe eso? –El omega bufó, esbozando una media sonrisa. Ese estúpido salvaje nunca sabía nada; para ser un chamán destacado, era pésimo leyendo emociones o siendo místico. –No puedo leer tu mente ni asumirlo todo. Si te hago todas estas preguntas, es porque realmente me interesa comprenderte, entender qué esperas de mí.