Aprendizaje apresurado

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Darren corría largas distancias bajo la ardiente luz de la sabana, fortaleciendo su cuerpo y aumentando su capacidad para perseguir a su presa sin fatigarse. Su respiración se sincronizaba con cada zancada, y a pesar del cansancio, se motivaba recordando la importancia de la prueba. Necesitaba empujar su cuerpo al límite.

En la tarde, era el momento de practicar el combate. Darren recibía ayuda de Jungkook y un viejo León llamado Jon. Practicaban luchas simuladas, donde el Ligre aprendía a usar su fuerza bruta de manera efectiva. Jon, un experto en técnicas de combate, le enseñaba a Darren cómo abordar a un oponente más grande y fuerte. "Utiliza tu agilidad a tu favor", instruía "Y cuando encuentres una apertura, ataca con toda tu fuerza."

La noche con su velo de oscuridad y silencio, se convirtió en el escenario para un entrenamiento de caza nocturna. Las leonas, habían preparado un ejercicio extremo que pondría a prueba cada habilidad del joven tigre.

Avanzando con sigilo, Darren intentaba fusionarse con las sombras de la noche. A pesar de su habilidad innata como tigre, sus primeros intentos de aproximarse a la presa resultaron infructuosos; el Demon, alerta y ágil, lograba esquivarlo en el último segundo, desapareciendo entre la maleza. Lo que no sabía es que Las leonas habían trazado caminos serpenteantes y confusos, haciendo difícil orientarse dentro del improvisado laberinto, teniendo que valerse totalmente de su olfato 

Con cada fracaso, la frustración de Darren crecía. Sin embargo, sabía que rendirse no era una opción. Respiró hondo, tratando de calmar su mente y concentrarse. Recordó las enseñanzas de las leonas: "Usa cada sentido, cada vibración del suelo, cada brisa del viento."

Reanudó su acecho, esta vez con mayor cautela. Aprendió a anticipar los movimientos de su presa, a leer el ambiente, y a ser aún más paciente. Las horas pasaban, y con ellas, Darren se adaptaba más a su entorno, moviéndose con mayor confianza y precisión.

El laberinto lo llevo a un valle lleno de rocas y peñascos. Tuvo que escalar, saltar y maniobrar a través de un terreno empinado. Cada salto era un riesgo, y un mal cálculo podría resultar en una caída dolorosa. Sin embargo, Darren se movía con una determinación férrea, utilizando cada músculo para impulsarse a la siguiente saliente.

Finalmente, después de toda una noche, Darren encontró el momento perfecto para atacar. Con un salto explosivo y preciso, logró capturar a su escurridiza presa. 

Eso solo fue un Demon de cuarto nivel, aun le quedaba un largo camino por recorrer.

Después de varios agonizantes días, el Ligre finalmente tuvo un momento de descanso. Se reunió con sus hermanos, en un lugar tranquilo en cerca de la tienda compartida. Se sentaron alrededor de una pequeña fogata, con el aroma a comida recién preparada flotando en el aire.

Mientras comían, el tema de conversación giró naturalmente hacia el progreso de Darren en su entrenamiento. Con Chanmi siendo la primera en hablar -He estado viéndote entrenar, es impresionante cómo has mejorado. En la ultima caza te veías muy seguro.

Jae asintió en acuerdo, mordisqueando una pieza de carne. -Sí, y no solo físicamente. Se nota que estás más enfocado, más en sintonía con tu entorno. Esa caza nocturna fue algo digno de ver.

Darren, con un gesto humilde, agradeció sus palabras. -Gracias. Las leonas realmente no se contienen con los desafíos, pero haber subido esa roca por la montaña una y otra vez, definitivamente me formo.

Chanmi rió suavemente. -Esa fue idea de Jimin

-Sabes es que el desgaste físico ya no me importa, lo que me preocupa es que cuando estoy con Jungkook, se nos acercan adultos a preguntar sobre cosas importantes. Por el Gran astro. Simplemente, no me veo diciéndole que hacer a tantas personas- Darren quería quejarse con su animal interno ¿No se suponía que estas cosas venían naturalmente? 

Cuando los hermanos dejaron de hablar al mismo tiempo, se dieron cuenta que la noche, normalmente viva con los sonidos y olores del clan, estaba inquietantemente silenciosa. Por mas que agudizaron el oído, no captaron ni una sola voz distante, lo que les dejo un vacío inusual.

Mirándose unos a otros con creciente preocupación, los tres hermanos se dieron cuenta de que algo extraño estaba sucediendo. -¿Lo notan también?- preguntó Darren, su voz tensa. 

Antes de que pudieran levantarse para investigar, una espesa niebla comenzó a envolverlos, brotando de la nada y cubriendo rápidamente el área alrededor de la fogata. La visibilidad se redujo drásticamente, y la niebla parecía absorber todo sonido, aumentando la sensación de aislamiento.

Los tres se alarmaron de inmediato, porque Yanara nunca tenía niebla...aquella manifestación solo tiene una explicación. Los tres se levantaron, sus instintos a flor de piel, ante la posible presencia de un impuro. Formaron un círculo, espaldas contra espaldas, escaneando como podían su entorno. 

Pero era inútil, la niebla se espesaba, envolviéndolos en un manto impenetrable, hasta que comenzó lentamente a disiparse, revelando una escena completamente inesperada. A su alrededor, las paredes frías y húmedas de una celda se alzaban, limitando su mundo a un espacio opresivo. La sorpresa de encontrarse en tal lugar los dejó momentáneamente atónitos.

-No, no, no, no estamos listos- Murmuró Chanmi, su voz apenas un susurro.

-Esto no puede estar pasándonos. Tafari no pudo haber traspaso la barrera- Inspeccionando cada rincón de la celda, Jae estaba entrando en pánico, porque no podía percibir a una sola de sus copias, estaba solo él. 

Darren toco los barrotes, algo doloroso no dejaba de reflejarse en sus facciones. No había logrado mostrar que era digno, fue bastante ingenuo, su destino no iba a esperarlo para siempre.

-Esta bien, estamos juntos y ya veníamos a luchar contra Tafari, solo se adelantaron las cosas. Mientras nos mantengamos unidos vamos a derrotarlo, estoy seguro- Jae dijo todo aquello con un semblante pálido, preocupando a sus dos hermanos que trataron de recomponerse de inmediato, no podían dejar toda la carga mental de nuevo en el Omega.

-Vaya esa actitud de alta autoestima injustificada la heredaste completamente de Jin- Los tres hermanos se giraron, encontrándose con la asquerosa forma de un ser semi-mutante, una desagradable mezcla de varios animales. 

 -Que adefesio- Dijo impactado Darren, provocando un amenazante gruñido de la bestia quimérica. 

 -Es peor que todos los Impuros que enfrentamos hasta ahora- Chanmi estaba realmente asustada, esa oscuridad no era algo que se pudiera lograr fácilmente, solo podía especular la fuente de poder mágico que utilizo para conseguir tal grado de corrupción. 

 -Basta pequeños bastardos- Los calló aquel ser. 

 -¿Cómo te atreviste a decirnos?- Jae le rugió abiertamente

Tafari se rió, un sonido que era una mezcla de gruñidos y chillidos discordantes. -Eso es lo que son. Su existencia es un insulto al honor de los Tigres. Deben ser erradicados.- Escupió, y con un gesto retorcido de su mano, invocó una ráfaga de energía oscura hacia ellos.

Chanmi de inmediato creó un escudo protector alrededor de ellos, resistiendo con toda su fuerza aquel embiste corrupto. Lo logro, peor una parte de ella apenas lo podía creer. Tafari les rugió, frustrado por su incapacidad para penetrar su defensa.

-Pronto...- Fue su ultima amenaza para acto seguido fundirse de nuevo en la niebla, dejando a los tres hermanos tan tensos como la cuerda de un arco. 

CONTINUARÁ

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El rugido salvaje /Yoonmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora