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Mirar el edificio de la secundaria me hizo sentir ligeramente asustada. ¿Por qué? No lo sé, pero de pronto me sentí como una extraña, sin conocer nada ni a nadie.

Por suerte, la persona más importante de mi vida estaba junto a mí.

— Adelante, enana. Es tu primer día, te irá muy bien — dijo Yoongi. Me devolvió mi mochila, y dió unas suaves palmaditas sobre mi cabeza —. Recuerda que si necesitas algo puedes llamarme, pero no entre la una y las tres, porque a esa hora tengo entrenamiento de baloncesto.

Suspiré —. Está bien, lo entiendo.

Yoongi notó mi nerviosismo y me regaló una sonrisa amable —. Hey, tranquila. Eres una gran estudiante, y también eres agradable. Todo estará bien, ¿De acuerdo? Yo estaré aquí.

Sonreí de vuelta; las palabras de mi hermano lograron tranquilizarme —. Gracias, Gigi. Te veré después.

Nos despedimos con otra sonrisa y él se fue. Entonces saqué mi celular, dispuesta a caminar con él para descubrir el número de aula en la que había sido asignada. La encontré con facilidad gracias al recorrido que Yoongi me dió días antes.

Al entrar, me dí cuenta de que nadie estaba prestándome atención por ser una nueva estudiante. En realidad, quienes ya estaban dentro del salón de clases conversaban entre sí, miraban sus celulares y se encargaban de sus propios asuntos, y eso me agradó mucho.

Pronto encontré un lugar disponible, uno en la parte trasera del aula, justo en la esquina. Me dirigí allí y tomé asiento. De inmediato continúe revisando algunas de las especificaciones para mi futuro ingreso a la universidad. Entre ellas, estaba que debía elegir un club extracurricular, y que debía tomarlo después de clases.

— ¿Han escuchado el rumor? — cuestionó una chica hacia sus amigas, algunos asientos adelante —, se cree que algunos universitarios estarán ayudando a los profesores en los clubs.

¡Oh my god! ¿Enserio? — preguntó otra, claramente emocionada por aquel rumor —. ¿Eso quiere decir que podríamos toparnos con Kim Seokjin?

Ya lo imaginaba. Seguro que "Kim Seokjin" era el universitario más atractivo de la academia. O tal vez eso es lo que todas las chicas decían, quién sabe.

— Es posible. Podremos verlo en el club de teatro, porque definitivamente nos inscribiremos en él.

De pronto, la risa más falsa y chillona que había oído en toda mi vida resonó por toda la aula, obligándome a levantar la vista para descubrir de dónde provenía.

— Deberían dejar de hacerse ilusiones. Todos sabemos bien que los universitarios están prohibidos, por ahora — sonrió, presumidamente orgullosa — Además, los cupos para el club de teatro ya se agotaron. Si hubieran estado atentas a las indicaciones lo sabrían.

¿Qué le pasaba a esa chica? ¿Por qué estaba siendo tan grosera? Dicen que las primeras impresiones definen el tipo de persona que es uno, y ya sabía que aquella chica no me agradaría del todo.

— Tú, Nina — señaló a una de las chicas —, ¿No dijiste que estudiarás escultura? ¿Por qué no mejor te inscribes en algún club en donde hagan figuritas de plastilina?

Muy bien, sí, definitivamente ella no me agradaba en lo más mínimo.

— Y-yo l-lo siento, Minji — Nina se encogió en su asiento y agachó la mirada, temerosa. El resto de sus amigas no dijeron nada más, y también bajaron sus miradas.

La tal Minji sonrió nuevamente tan falsa, y caminó de vuelta hasta la parte delantera del salón, tomando asiento. Otra chica, vestida con el mismo estilo que Minji la acompañó, sentándose a un lado.

RULES BREAKER [KSJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora