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El viento frío del intermedio del invierno golpeaba mi rostro con firmeza a través de la ventana abierta del auto, haciendo que mi nariz y mejillas se coloraran. Aún así, me encantaba y disfrutaba de la sensación.

— Lia, cierra la ventana.

— Tú sigue durmiendo, viejito. Por eso estás cubierto con esa manta — le dije a Yoongi.

— Y todavía así tengo mucho frío.

— Tu hermano tiene razón, cariño. Estamos como a siete grados, yo también tengo algo de frío — dijo mi madre.

— Podrás disfrutar del aire fresco cuando lleguemos a la academia — fue el turno de mi padre de hablar.

— Además, ¿Tenemos que recordarte que, de entre todos nosotros, tú tienes más posibilidades de enfermarte de gripe? — molestó Yoongi.

No tuve más remedio que aceptar la democracia y cerrar la ventana para que los demás no tuvieran frío mientras íbamos de vuelta a Seúl. Y claro, para no enfermarme por las bajas temperaturas. Porque por mucho que me gustara el climo frío de Corea, si me exponía demasiado atrapaba resfriados terribles.

Las vacaciones estaban a punto de terminar, así que junto a nuestros padres, Yoongi y yo estabamos volviendo a la academia una semana antes de tener que volver a clases.

Durante el camino, conversamos acerca de asuntos relacionados con nuestras clases, la navidad y año nuevo, y hasta algunas cosas sobre el empleo de papá. Entonces llegamos finalmente a la academia.

Rápidamente bajamos nuestro equipaje y nos despedimos de nuestros padres. Luego, empezamos a caminar en dirección a los edificios de nuestros dormitorios. Ambos usábamos abrigos que nos cubrían hasta las rodillas, bufandas y guantes; el clima era tan frío y fresco, que cada que hablábamos exhalabamos vapor que se distinguía con la luz del sol.

Nos separamos al llegar a las respectivas entradas, y ambos nos dirigimos a nuestros dormitorios. El lugar estaba vacío, pues Hyori no volvería hasta el día siguiente, así que rápidamente dejé mi maleta y salí para reencontrarme con Yoongi.

Estuvimos paseando por la academia durante un buen rato, mientras bebíamos café caliente y nos calentábamos con la luz solar.

Al día siguiente, específicamente al medio día, ambos nos dirigimos en dirección al estacionamiento de la escuela para encontrarnos con Hyori, quien recién estaba volviendo de sus vacaciones en Incheon. Luego de algunos metros, la vimos a la distancia. Ambas empezamos a correr en nuestras direcciones para abrazarnos fuertemente cuando estuvimos lo suficientemente cerca.

— ¡Mi Lia!

— ¡Mi Hyori!

— ¡Te extrañé tanto!

— ¡Y yo a ti!

Estuvimos abrazadas durante varios segundos hasta que nos separamos.

Cuando Hyori iba a abrazar a Yoongi, nos percatamos de que éste estaba cruzado de brazos y haciendo puchero.

— ¿Qué ocurre, Gigi? — preguntó Hyori con diversión.

— Yo soy tu novio, pero abrazaste primero a tu amiga.

— Lo siento, Yoon. Pero ya deberías saber que existen las prioridades — bromeé.

Hyori rió. — A ti también te extrañé mucho, algodoncito —. Ella se acercó a mi hermano para rodearlo con sus brazos, aunque Yoongi fingió seguir molesto y no lo correspondió. Pero no fue hasta que Hyori lo miró a los ojos y le sonrió, que Yoongi le sonrió también, la abrazó y depositó un beso en su frente, aprovechando que era más alto que su novia.

También estuvieron abrazos unos segundos, hasta que se separaron.

—¡Hey! What's up, bro? — escuchamos una voz conocida a nuestras espaldas. Hobi había llegado también.

Rápidamente, Yoongi corrió en su dirección y Hoseok hizo lo mismo. Al estar cerca, ambos también se abrazaron y empezaron a dar tiernos saltitos y vueltas en su lugar. Hyori y yo los observamos con una sonrisa.

— Prioridades — dije.

— Prioridades.

Hoseok también nos saludó, y una vez que los cuatro estuvimos reunidos de nuevo, todos fuimos a la cafetería para almorzar y pasar un buen rato.

Y tras esperar durante horas, que me parecieron eternas, llegó la  noche. Después de días de no verlo, otra vez podría encontrarme con Seokjin en nuestro lugar.

Nos habíamos estado contactando durante las vacaciones, a través de mensajes de texto y llamadas. Pero incluso si nos deseamos una hermosa navidad y próspero año nuevo a través de nuestros celulares, poder vernos personalmente después de un considerable tiempo resultaba muchísimo mejor.

Abrigada de igual modo que en la mañana, caminé con un poco de velocidad para ver a Kim Seokjin. Imaginaba encontrarlo sentado mientras esperaba tranquilamente por mí, pero nunca de pie mientras usaba una acolchonada chaqueta negra, con sus manos dentro de sus bolsillos, sonriendo para mí, y con un nuevo look de cabello que me embelesó al instante.

A diferencia de la última vez que nos vimos, ahora su cabello era un tono más oscuro que el anterior. Había una línea que dividía su cabello a la mitad; uno de los lados estaba peinado perfectamente en su cráneo, mientras que el otro iba hacia un lado y un pequeño mechón se posaba sobre su frente.

 Había una línea que dividía su cabello a la mitad; uno de los lados estaba peinado perfectamente en su cráneo, mientras que el otro iba hacia un lado y un pequeño mechón se posaba sobre su frente

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Seguía caminando en su dirección, pero estaba completamente consciente de que parecía una boba dando pasos mientras mis ojos no podían dejar de mirar los suyos.

Y cuando Seokjin inclinó su cabeza hacia un lado, cambió sus facciones para crear un gesto coqueto, y su acción ocasionó que su cabello se moviera con él, ¡Dios! Juro que lo hizo a propósito para obligarme a perder toda razón.

Entonces me detuve rápidamente tras perderme en lo hermoso que se veía, sin poder continuar con mis pasos.

— ¿Te quedarás ahí? — preguntó él, pero no respondí. Rió — Bueno, entonces yo me acercaré. — Empezó a caminar hasta estar cerca de mí, en donde tomó mis manos y entrelazó nuestros dedos.

— ¿Qué le hiciste a tu cabello?

— ¿Por qué? ¿No te gusta?

Negué. — Me distrae mucho, no puedo concentrarme mientras te veo.

Seokjin rió. — También te extrañé —. Me rodeó con sus brazos en un abrazo que correspondí, haciéndome sonreír. Luego de unos segundos mientras nos balanceábamos durante el abrazo, Seokjin habló — ¿Por qué parece que vienes de la Antártida?

— Porque estamos en invierno. Además, soy demasiado propensa a resfriarme, así que si no me abrigo enfermaré, y yo odio mucho enfermar de gripe.

— Mmm, en ese caso... — Seokjin me atrapó con mucha más fuerza — No quiero que enfermes.

Cada pequeño detalle que él tenía conmigo, hacía que mi corazón estallara de amor.

Kim Seokjin hacía a mi corazón latir como nadie lo había hecho antes.

RULES BREAKER [KSJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora