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Esa era la quinta vez en toda la madrugada que tenía que sentarme en la cama para toser y evitar ahogarme.

Sí, después de todo había atrapado un resfriado fuerte.

Mi garganta dolía cada que tosía, al igual que mis oídos y cabeza. Y ni hablar de cómo mi nariz estaba demasiado irritada de tanto limpiarla.

Ya no tenía idea de si había dormido lo suficiente, no podía ni siquiera.

El ruido de mi resfriado hizo que Hyori saliera de la cama por quinta vez para obsequiarme un vaso de agua.

— Lo siento mucho.

— Tranquila, no hay ningún problema — dijo al entregarme el agua. Luego tomó asiento en la parte baja de la cama y habló — Debes ir a la enfermería al amanecer — asentí —, le diré a Yoongi.

— Mm, no, no lo hagas. No quiero que se preocupe de más.

— Lo conoces bien, estará mucho más preocupado por ti si no se entera. Te acompañará a la enfermería en la mañana.

— Solo tengo un resfriado, puedo caminar yo misma hasta allá.

— No está a discusión, señorita. Irás a la enfermería con Yoongi — ordenó firme.

Me quejé y volví a recostarme, porque ¿Qué más podía hacer? Juntos, Yoongi y Hyori eran como niños pequeños y berrinchudos con quienes no podía discutir.

Ambas volvimos a intentar dormir, pero para ese punto no podía pensar en otra cosa más que la terrible migraña que empezó a brotar en alguna parte de mi cerebro.

Entonces llegó la mañana; Hyori me informó que se iría a clases y que Yoongi vendría conmigo cuando terminara su primer clase. Quería intentar dormir un poco más, porque en realidad no había descansado lo suficiente. Sin embargo,  ya no podía conciliar el sueño, así que decidí alistarme para ir a la enfermería con mi hermano. Una hora y un cuarto después, Yoongi llamó para avisarme que estaba en la puerta, entonces salí para encontrarme con él. Cuando llegué al primer piso, lo encontré de brazos cruzados, mirándome serio y negando repetidamente con la cabeza.

— Ah, pero la señorita quería viajar con la ventana abierta, ¿Verdad? — dijo algunos metros de distancia.

— Deja de regañarme. Tengo mocos por toda la nariz y apenas puedo respirar con el cubrebocas, mis ojos arden y mi cabeza está dando vueltas como loca.

— Te lo dije, enana desobediente. Soy mayor que tú, tengo más experiencia con esto del clima y por eso te dije que te cuidaras más.

— Solo eres un año mayor.

— Sí, un año de experiencia más que tú, pero nunca me haces caso.

— ¿Ya podemos irnos? — pregunté, ignorando sus declaraciones sobre su vejez.

Los dos empezamos a caminar en dirección al edificio donde se encontraba la enfermería. Yoongi ocultaba sus manos dentro de los bolsillos de su abrigo, y yo me abrazaba a mí misma porque por el resfriado sentía mucho más frío. Mi hermano insistía en que debía cuidarme mucho más, mientras que yo fingía prestarle atención.

Pero luego, algo llamó nuestra atención.

— ¡Oye, Min! — escuchamos un grito a lo lejos. Ambos giramos para buscar a alguien que posiblemente nos estaba llamando, y nos encontramos con un grupo de chicas que se dirigían a nosotros.

Parecía que todas eran una bravuconas, porque se veían muy molestas mientras caminaban en nuestra dirección. La que supuse era la líder, usaba un conjunto de color negro, un maquillaje oscuro y tenía algunos mechones de cabello azules. No es que la juzgara por su aspecto, pero de verdad ella parecía ser una bully.

RULES BREAKER [KSJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora