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— Admito, que antes de reconocer lo que por ti siento, coqueteaba con algunas chicas universitarias. Pero nunca fue algo real, ni de mi parte, ni la de ellas. De hecho, todo el coqueteo con otras personas fue un trato; ellas me pedían que les ayudara a poner celosos a sus ex novios, o a sus contrincantes, no lo sé. Todo a cambio de wons o alguna otra cosa.

Escuchaba atenta las palabras de Seokjin, observando su rostro mientras hablaba, aunque él no hacía lo mismo, y solo se limitaba a bajar la cabeza y dejar ligeras caricias sobre mi mano con la yema de sus dedos pulgares.

— No estoy orgulloso de ello — confesó —, pero quiero que sepas que dejé de hacerlo pocos días después de haberte conocido. Soy sincero cuando te digo que no he tenido interés en alguien más que no seas tú. Te juro que estoy siendo demasiado fuerte para controlar mis impulsos de besarte y decirte que te amo.

El hecho de que estuviera diciendo todas esas cosas tan sinceramente hacía que sintiera la necesidad de abrazarlo y no soltarlo nunca. Pero tal y cómo él lo decía, había que ser fuerte para controlar aquellos impulsos en una situación como la que la academia tenía.

— Yo deseo con todas mis fuerzas poder demostrarte públicamente lo mucho que me gustas. Deseo poder tomar tu mano y caminar contigo a todos lados, poder acompañarte a tus clases y que hagas lo mismo; que almorcemos juntos y comamos también — liberó una de sus manos para colocarla en mi mejilla y acariciarla también —. Poder darte un beso sin temor al que dirán o pensarán — sonrió e hice lo mismo —, pero...

— La regla — terminé la frase.

Él asintió. — He visto antes como otras personas ignoraron la regla, y las consecuencias que derivaron de ello. Jamás podré comprender a quién se le ocurrió una tonta regla como esa. No imaginas lo mucho que la odio desde que llegaste a la academia.

— Yo también la odio, demasiado.

Seokjin por fin soltó mi mejilla y volvió a tomar mi mano derecha.

— Por ti la rompería sin dudarlo. Pero también es por ti que no quiero hacerlo. Es que, de verdad no quiero que nada ni nadie te lastime, mucho menos por romper esa regla. Por eso, deseo pedirte algo... —. Él sonrió, de la manera más hermosa que alguien haya podido sonreír.

La sensación de que mis ojos empezarían a cristalizarse hizo que los mismos comenzaran a picar, lo suficiente como para tener que alejar mi mirada hacia otro lado y parpadear varias veces para sentirme mejor.

— Por favor, espera por mí hasta que puedas graduarte de la secundaria, porque para ese entonces la regla no será válida entre nosotros, y al fin podré pedirte que te conviertas oficialmente en mi novia. Mientras tanto, por favor no te enamores de alguien más.

Sus palabras me conmovían de una manera tan indescriptible, que pronto sentí que no podía seguir sosteniendo las lágrimas de felicidad que continuaron acumulándose hasta que la primera cayó.

Asentí rápidamente, ganándome una sonrisa preciosa dibujada en el rostro de Seokjin, seguida por un pequeño beso que él dejó en mi mano.

— Esperaré por ti, por favor espera por mí también.

Porque cuando la compañía de alguien, que resulta ser una de las razones por las que te despiertas todas las mañanas y continúas adelante, se convierte en algo más valioso que el tiempo, esperar por Kim Seokjin, y que él también decidiera esperar por mí, hacía que aquella espera valiera cada segundo de la misma.

~

La mañana de aquel sábado era demasiado tranquila y pacífica, especialmente por el hecho de que ninguno de nosotros tenía que preocuparse por las tareas para la siguiente semana. Las vacaciones habían comenzado y no tendríamos más clases hasta año nuevo.

RULES BREAKER [KSJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora