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Cuando el incesante ruido comenzó a molestarme, tuve que descubrir mi brazo hasta alcanzar el despertador y desactivar la alarma.

Desde el inicio de la semana había programado el despertador hora y media antes a lo habitual. Me había propuesto levantarme temprano para almorzar con mi hermano y amigos.

Sin embargo, luego de que mi estado de ánimo se fuera abajo el día anterior, simplemente quería dormir más tiempo, e incluso no asistir a clases.

Mientras intentaba volver a dormir, escuché el bostezo y los balbuceos de Hyori al estirar sus extremidades después de despertar.

— Buenos días, Lia — saludó.

— Mhm, hola.

La escuché ponerse de pie e intentar colocar sus sandalias para dirigirse al sanitario. Algunos minutos después, ella salió mientras cepillaba sus dientes.

— ¿No vas a levantarte? — preguntó, ya que yo aún seguía recostada intentando volver a dormir.

— No.

— ¿Por qué? ¿Te sientes mal?

Giré boca arriba; cubrí mis ojos con mi antebrazo para evitar que la luz matutina irritara mis ojos. — No es eso... Es que ayer ocurrió algo que me desanimó un poco.

— No me digas... ¿Acaso esa chica fastidiosa de tu grupo te molestó? ¡¿Te hizo algo?!

— Sabes bien que me lanzaría de un segundo piso antes de permitir que Minji me haga cualquier rasguño — informé.

Hyori tomó asiento a un costado de mis pies — ¿Entonces qué te ocurre? A inicios de semana dijiste que solo habría buenos días, y tenías muchos ánimos.

Dudaba mucho si contarle que había tenido mucha recurrencia con un universitario. Tenía cierto miedo de contarle algo así. Además, hablar de algo que simplemente fue idea mía era tonto, en especial porque, después de coquetear con otra chica, Seokjin estaba demasiado lejos de no haber dormido lo suficiente por pensar en mí.

— Solo es algo tonto, no te preocupes.

— Entonces, si es tonto, ¿Por qué no evitar que algo así arruine tu buen humor?

Lo pensé por unos segundos, y Hyori tenía tanta razón. Seokjin no parecía para nada afectado con toda esa situación. ¿Por qué yo sí debía estarlo?

¿Por qué yo no podía dormir por pensar en él, mientras que él dormía como un bebé? ¿Por qué mis planes y mi motivación debían irse por la borda, solo porque Seokjin no me correspondía?

No, definitivamente no iba a permitir que mi vida tomara ese rumbo.

— Tienes razón — dije. Me senté para hablar — Nada ni nadie me va a desanimar ni quitar tiempo valioso.

— ¡Síiii! Ahora levántate, ponte bonita y vamos a almorzar.

~

Hyori, Yoongi y yo reímos sin parar al ver a Hoseok bailar un fragmento de Single Ladies de Beyoncé. Mencionó que, junto a sus compañeros de baile, habían decidido incluir un poco de humor a su presentación para la feria de Arte.

Era tan gracioso, que incluso le hicimos saber que sería perfecto para acompañar a Beyoncé con la coreografía de la canción. Hobi tenía un gran sentido del humor.

Por poco me ahogo comiendo un trozo de fresa de mi ensalada de frutas, pero por suerte no fue así. Y aún así seguí riendo hasta que Hoseok dejó de bailar.

— ¿Qué opinan? — preguntó Hobi al tomar asiento a mi lado, y reposar su brazo sobre mis hombros —. Son los pasos que incluiremos a nuestra coreografía.

— Estoy esperando el día de la feria, para verte presentar ese baile frente a toda la escuela — dijo mi hermano.

— Es gracioso. Seguramente a todos les gustará su presentación — fue el turno de Hyori.

Hoseok tomó entonces una fresa de mi ensalada y la introdujo en su boca. — ¿Y tú, mini Min?

— Yo estaré presente cuando sea el momento de tu presentación. No me perderé esa joya por nada del mundo. — Hoseok rió, y todos hicimos lo mismo.

De pronto, sentí la necesidad de mirar hacia unos metros frente a mí, solo para encontrar a Seokjin.

Tenía la misma expresión que aquella vez en la que pensó que estaba saliendo con Yoongi; estaba celoso, realmente celoso, y ahora era a Hoseok a quien miraba como si quisiera asesinarlo.

No entendía por qué se empeñaba tanto en actuar de esa manera. Incluso me parecía una actitud hipócrita, porque él podía coquetear con quién quisiera, ¿Pero yo no podía pasar un buen rato con mis amigos?

Ni siquiera éramos algo, entonces no había razón lógica para comportarse de tal manera.

Esa vez le sostuve la mirada sin apartarla por nada, hasta que lo ví sacar su celular y comenzar a teclear en él. Luego lo acercó a su oído y continuó mirándome.

Y de repente, mi celular comenzó a sonar dentro de mi mochila.

Rápidamente imaginé que era él, así que simulé no reconocer el número telefónico y colgué.

Volví a mirar a Seokjin, y parecía dispuesto a querer golpearme. Pero en vez de eso, volvió a teclear en su móvil, y nuevamente acercó el dispositivo a su oído.

Tenía un plan para que dejara de molestarme.

Tan pronto volvió a sonar, hice parecer que había rechazado la llamada, cuando en realidad la había aceptado y dejé el dispositivo sobre la mesa.

— ¿Quién te llama? — preguntó Yoongi.

— Oh, no lo sé. Seguramente nadie importante, que cree que está llamando al número correcto — dije lo suficientemente alto para que Seokjin, al otro lado de la llamada, escuchara claramente.

— Cierto, me ha pasado varias veces — dijo Hoseok —. Es tan irritante.

— ¿Verdad que sí? — Hobi asintió — Pero no le demos importancia, ¿Quieres otra fresa, Hobi?

Hobi abrió la boca, y yo le dí otra fresa.

Sonreí cuando él comenzó a masticar la fruta. Y eso fue como la cereza del pastel.

Ví a Seokjin terminar la llamada e irse, realmente molesto por lo que hice.

Traté de contener la risa. Por primera vez desde que nos habíamos conocido, sentí que Seokjin estaba en mi lugar, y que realmente entendía lo que yo había sentido antes.

Después de todo lo que tuve que experimentar por él, por fin sentía que podía contra todas las trabas que Kim Seokjin puso a mi paso.

Fue tan surrealista. Al fin me había librado de ser solo yo quien tuviera que sufrir de esa manera. Y amé tanto el sentimiento, que finalmente reí de la nada, ganándome las miradas de los chicos, extrañados por mi repentina acción.

Luego, solo pude pensar en cuan feliz estaba. Al menos, hasta que una nueva notificación de KakaoTalk apareció en la pantalla de mi celular.

«Buena jugada, Min. Ya veremos quién logra el jaque mate primero»

Y fueron esas once palabras las que dejaron en claro que una guerra había comenzado.

Guerra, de la que estaba dispuesta a resultar victoriosa.

RULES BREAKER [KSJ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora