Cuando bajamos del ómnibus, caminamos directo hacia la entrada del invernadero.
No imaginaba que hubiese un gran espacio de siembra entre la ciudad, pero estaba agradecida de que no estuviera demasiado lejos de la academia.
Al llegar a nuestro destino, un hombre mayor nos recibió.
— ¿Puedo ayudarlas, señoritas?
— Hola, señor — saludé —. Disculpe las molestias. Mi nombre es Min Lia, soy alumna de la Academia Nacional de Artes de la República de Corea. Escuché que los estudiantes podemos trabajar como voluntarios aquí.
— ¿Min? Creo haber escuchado el apellido antes. Min... ¡Ya lo recuerdo! El chico de piel pálida que fue voluntario el año pasado, Min Yoongi, ¿Es tu hermano? — asentí —. Lo sabía, tienes un parecido con él, ¿Cómo está?
— Él está bien, señor. Ahora estudia la universidad — sonreí.
— Mmm, ya veo. Envíale un saludo de mi parte, ¿Quieres?
— Lo haré, señor.
— Bueno. Y supongo que han venido a solicitar ser voluntarias al invernadero.
— Ahm, solo yo — dije —. Quisiera ser voluntaria.
El hombre, quién a pocos días descubrí que se llamaba Song Chungyeong, nos llevó a dar un recorrido por todo el invernadero. Además, también había parcelas de cultivos y árboles frutales.
El señor Song me explicó con detalles todo el proceso de cuidado de los vegetales y las frutas. Y también fue tan amable de obsequiarnos una pequeña canasta de frutas, con fresas, duraznos, manzanas y peras. Nos despedimos de él, acordando comenzar el siguiente fin de semana, y Hyori y yo partimos de vuelta hacia la academia.
~
Ser un estudiante del último año de secundaria se sentía como si de repente tuvieras que convertirte en un Einstein y saber más de lo que deberías.
Las tareas estaban a la orden del día, y porsupuesto que también estaban acompañadas con dolores de cabeza, estrés y cansancio.
Mi compañera de habitación y yo estábamos completamente centradas en finalizar con nuestras tareas, a la vez que nos mentalizábamos en no lanzar todo por la borda.
Pero yo necesitaba tomarme un descanso, pues mis ojos estaban cansados y difícilmente podía seguir concentrada. Así que le hice saber a Hyori que saldría a tomar un poco de aire y eso hice, no sin antes llevar conmigo una manzana que comería después.
Caminé alrededor del edificio de dormitorios, pero después me dispuse a ir un poco más lejos. Inconscientemente — no tanto —, estaba a pocos metros de llegar a aquel lugar en el que me encontré con Seokjin la primera vez. Y aunque odiara admitirlo, de nuevo estaba deseando volver a verlo.
Y mi corazón se estremeció al verlo ahí, ocupando todo el espacio de la banca de atrás, leyendo atento Orgullo y prejuicio.
Su cabello castaño cubría su frente; su campera blanca cubría sus blancas y delgadas manos. Y Dios... Podía pasar el resto del día observándolo tan concentrado, mientras usaba ese par de anteojos de lectura que nunca había visto en él, pero que lo hacían ver tan interesante.
— "Me pregunto quién habrá descubierto el poder de la poesía para alejar el amor" — cité el diálogo de Elizabeth Bennet en la película del dos mil cinco. Tomé asiento, dándole la espalda, y lo miré.
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RULES BREAKER [KSJ]
FanfictionEn una academia de arte de Seúl, en la que no hay regla más importante que «no involucrarte con un universitario», Min Lia estaba completamente decidida a seguir aquella regla. ¿Qué podía ser más difícil que eso para una estudiante modelo como lo er...