Silence.[JungHope]

Anhelo.

Sus golpes se habían recuperado casi en su totalidad pero su pecho aún dolía con intensidad y todo era gracias a la noticia que le habían dado una semana después de que lo golpearan.

"Tus padres ya saben sobre está situación, hablé con ellos personalmente, quieren verte pero no creo que JungKook les permita la entrada.

Hay más cosas, hay un error que estoy tratando de arreglar pero aún así necesitas saberlo... Ahora eres el prometido del rey. JungKook a cometido ese error y aún estoy averiguando como arreglarlo.

Hoseok, necesito que descanses, no te muevas de aquí, no salgas de esta habitación, yo vendré a verte, lo prometo."

Eso no era todo y él lo sabía, había escuchado la platica con el doctor, él ya no podría quedar en cinta debido a los golpes.

¿Que haría?

Ahora era el prometido del rey, un rey que lo golpeó hasta sentirse bien, y no solo eso, no podía ver a sus padres porque se lo tenían prohibido.

Está situación no se comparaba con el compromiso con el hijo de la señora Park, no solo podía irse y luego mandar a su mamá a cancelar ese matrimonio con Park Jimin, esta vez no podía enojarse porque si lo hacía seguramente volvería a ser golpeado brutalmente.

Varios toques en su puerta llamaron su atención, soltó un ligero "pase" y la puerta de abrió.

-Asi que aquí estabas. El rey quiere verte.- soltó aquel caballero que Hoseok reconocía, era la persona que la había descubierto dentro del castillo.

-¿Y-Yo? Pero...

-Apresurate, a él no le gusta esperar y menos a alguien como tú.

Con cuidado se levantó de la cama y se puso de pie frente al hombre, su cuerpo temblaba y sentia que en cualquier momento se desmayaría por el miedo.

El hombre tomo su brazo, lastimando lo por la fuerza que este ponía, un quejido salió de sus labios y el otro comenzó a jalarlo sacándolo de la habitación, llevándolo por un camino que no conocía.

Llegaron hasta una puerta enorme, el hombre tocó la puerta varias veces hasta que un ruido del otro lado sonó y la puerta se abrió, dejando ver al rey.

-Entren.

Los dos hicieron caso y entraron rápido.

-Señor, e traído al doncell como lo pidió, ¿Seguro que quiere que lo deje solo con él?

-¿Acaso deseas ver todo lo que haremos? Lárgate.- su voz sonó tan demandante y gruesa que Hoseok sintió un escalofrío en su cuerpo y los temblores de este jamás pararon.

El hombre se fue cerrando la puerta muy bien, mostrando furia al irse, no quería dejar al rey solo con aquel doncell.

-Veo que ya te recuperaste por completo, tardaste mucho en hacerlo.

La mirada de Hoseok estaba fija en el suelo, sus ojos llorosos y su nariz roja por el llanto que había tenido apenas hace unos minutos.

-S-Señor yo-

-Creo estar seguro que mi hermana ya te dijo todo lo que está pasando, así que como mi prometido tienes que hacer todo lo que te ordene.

Hoseok asintio con miedo, si se negaba era posible que recibiera más golpes, su cuerpo ya no aguantaría tanto.

-¿P-Por qué no puedo ver a mis padres?- su voz salió quebrada y muy baja, el rey solo sonrió.

-Porque solo son pueblerinos que no merecen entrar a mi castillo, deberías estar agradecido que e decidido darte la oportunidad de ser mi esposo.

-No la q-quiero...- JungKook frunció su ceño ante sus palabras.

-¿Que?

-No quiero ser su prometido, yo ya estoy comprometido con alguien más.- era no mentir o salvar su vida.

-¿Así que es eso? Bueno no importa, el anuncio ya fue dado a todo el reino, así que pronto tu ex prometido se dará cuenta con la clase de persona con la que se iba a casar.

-¿Q-Que?- Hoseok lo miro a la cara, ni siquiera con esa mentira podía servirle. -Aun así, jamás podré darle un heredero, no puedo, no serviría como su esposo, por favor déjeme ir.

-Si lo que deseas es irte ya no podrás hacerlo, te quedarás aquí y te casarás conmigo, no me importa si no puedes darme un hijo, puedo tener las concubinas que yo quiera... Si ya lo entendiste y no tienes otra estúpida excusa, entra a esa habitación, hay personas que sabrán que hacer contigo.

Hoseok miro la puerta y asintio, camino lo más despacio que pudo y abrió la puerta, había varias mujeres y muy pocos hombres esperándolo con una ligera sonrisa, más bien, con lastima, esa era la mirada que tenían sobre él.

-Por favor venga con nosotros, le ayudaremos a vestirse, el rey JungKook no quiere que vista con eso.- dijo una mujer señalando la ropa algo lisa y gris que vestía.

El asintio y ellos comenzaron a hacer lo que él rey les había ordenado, cuando empezaron a bañarlo, sus lágrimas salieron mezclándose con el agua que bajaba por su rostro, frente a esas mujeres se permitió llorar, pensando que sería de él.

-No, por favor no llore, si él lo escucha se enojara mucho, tiene que calmarse.- la mujer trato de calmarlo, pero entendían mucho su situación, ninguno quería estar ahí sirviéndose al rey, era una tortura hacerlo. -Señor Hoseok tranquilícese.

-P-Perdon.

-No se preocupe, ninguna de nosotras dirá algo, sabemos lo que le hizo y en su cuerpo tiene tantas marcas de él, no queremos que pase más.

Hoseok lloro en silencio, abrazando a la mujer que se había acercado a él para limpiar sus lágrimas, ella correspondió el abrazo, mirando a sus compañeras, para ellas él solo era un niño.

-L-Lo siento.

Algunas mujeres no pudieron aguantar las lágrimas y lloraron viendo con Hoseok pedía perdón por llorar y no guardar silencio, algo que les partió el corazón a muchas.

-J⁷