Capítulo 2. El día después

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Oven

Como pude ayer me escabullí del grupo de Slate, no os voy a mentir, a mi me gusta el sexo como a cualquier otro. Pero estoy harto de esos betas.

Y aunque sé que Slate me ha estado buscando, no tenía la noche para gilipolleces, bastante mierda he tragado con el enlace de los huevos.

Por eso he pasado la noche en el barracón de mi abuela, y me he levantado más tarde de lo habitual.

El reguero de excesos es como el paseo de la vergüenza de hombres y mujeres tirados de cualquier manera dormitando la borrachera.

Salto por varios cuerpos más desnudos de lo que me gustaría ver, y llego hasta la cocina.

Alguien tendrá que ir preparando el desayuno de toda esa panda de cerdos, ¿no?

Me sorprende ver a Mop ya allí. Cuando el grupo de Slate aparece, no suelo ver a Mop hasta que ya es indispensable su presencia.

¿Os he dicho ya que mi amigo es un completo imbécil? ¿No? Pues ya os lo voy diciendo.

Su pelo está todo despeinado, lo tiene de un encrespado tirando al rojizo que nace como un nido de pájaros para todos lados.

Sus orejas son su signo más característicos, demasiado grandes, y sus ojos demasiado pequeños.

Pero siempre brillan llenos de alegría y esperanza, imbécil, como os decía. Pero hoy no brillan una mierda, y ya me estoy enfadando con esos betas de mierda.

—¿Qué te ha hecho ahora? —le pregunto mientras me tiende un delantal.

—Nada. —Pero no me mira, y Mop es incapaz de esconder nada.

—¿Dónde hemos puesto el laxante? —le pregunto, con toda la intención, ahora sí que me mira.

—Ni se te ocurra —me advierte, pero su cara es muy triste.

Mi mejor amigo está enamorado, lleva años así, y ya he pasado por todas las fases con él.

Insultos, hombro sobre el que llorar, más insultos, patada en el culo, laxantes para Chip, más insultos.

Pero con Mop no sirve nada, sino él no sería mi amigo, porque tampoco os he contado que a todos los gamma les caigo fatal, vete a saber por qué.

Pero Mop es como una puta llama encantada que nunca, nunca se apaga, y ese imbécil de Chip está consumiéndola.

El grupo de Slate está formado por betas del más bajo nivel, pero betas al fin y al cabo. Slate es el mayor, pero Chip tiene nuestra misma edad, y Mop lleva enamorado de él desde ... bueno, desde siempre.

Y Chip lo sabe, y se aprovecha de él. Y yo ya me estoy calentado, ¿dónde mierda están los laxantes cuando se los necesitan?

He tenido la misma conversación con Mop tantas veces que parece un puñetero monólogo.

—Cuando estamos a solas él no es así —volvió a defenderle.

—Cuando estáis a sola me vale una puta mierda, Mop. —Me jode repetirme tanto, pero es la verdad.

Chip no es el peor beta con el que me he topado, tengo que reconocerlo, pero Mop no se da cuenta que lo que nos contaron sobre la unión de betas y gamma es pura basura.

Una historia que les contaron a nuestras abuelas y a las abuelas de nuestras abuelas, la historia del modo de salir del fango. De la mano de otra clase, en nuestro caso, de los betas.

—¿Cuántos gamma conoces que vivan con betas, que se unan y formen una familia, Mop, cuántos?

Él no contesta porque sabe la respuesta, ninguno.

GammaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora