Capítulo 5. Una noche complicada

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Oven

Huele a eucalipto de nuevo, y huele muchísimo, tanto que siento que me falta el aire.

Es este alfa, que no tengo claro si quiere matarme o quiere follarme, o quizás quiera hacer las dos cosas. No me he topado en mi vida con algo así. Suele quedar muy claro si es una cosa u otra.

—¿Por qué no tienes miedo? —me pregunta.

Y oye, yo miedo tengo, que no soy idiota, pero el miedo no te sirve para nada, eso o que nací con algo roto como siempre me dice mi abuela.

Me encojo de hombros, porque todo lo que salga de mi boca va a ser malo, que me conozco.

Calladito, mejor que mejor, con suerte me deja en paz, o con suerte echo el polvo más mítico de mi vida.

Pero no ocurre ninguna de las dos cosas, lo que ocurre es que entra otro alfa llamándole. Y se rompe el momento.

Pero cuando se aparta de mí, como que se siente la cosa peor, a ver, no es que me vaya que me peguen ni esas movidas. Pero un poquito brusco sí que me pone, y es que con tanto tufo alfa casi ni podía respirar.

Bajo los ojos, y lo que me encuentro me hace gracia, este es otro Slate, salvo que enorme, y por lo que veo lo tiene todo "enorme".

Pero no sé que mierda dice el otro alfa que se van, me jode el polvo, que tampoco era algo que hubiera buscado, pero me lo ha jodido.

Y antes muerto que ir a buscar a Slate, yo no pienso rebajarme así, bastante rebajado ando ya en este pozo infesto de letrina.

Pero como ya he dicho, los gammas tenemos un problemita con el sexo y me llevo el día cachondo perdido haciendo mis tareas.

Y el único culpable es ese Alfa que se cree especial porque viene a darme las gracias, y a salvarme de betas pichas-cortas.

Por la noche, cuando me acuesto abrazando a Mop lo nota. Somos amigos de toda la vida, y os diré que antes lo intentábamos, nos tocábamos para aliviar la tensión, o cuando estábamos aburridos, o sea, que nos tocábamos a todas horas. Pero ambos descubrimos que nos gustan las cosas más grandes que nuestros dedos finos metidos por el culo.

Una calamidad, porque hubiéramos dejado tirados a esos betas imbéciles de una vez por todas.

—Deja de frotarte, Oven. No estoy de humor —me susurra, pero me pone más el culo porque mi Mop es un buen amigo.

Pero tristemente eso no me sirve de nada, y los dos los sabemos, así que solo dormimos abrazados y pensando cada uno en un soplapollas distinto.

Reconozco que si me dejaba antes, se me iba la mente a Slate, pero ahora solo pienso en ese alfa que me perdona la vida cada vez que me ve.

Me duermo más enfadado y más cachondo aún.

El coro de gammas gimiendo los unos contra los otros no ayuda, pero cuando vives en un barracón con más de 100 compañeros es el sonido más habitual, ese y el de los pedos.



Saw

Mi ronda acaba en cinco minutos y estoy deseando irme con los alfas a beber una buena cerveza. Me lo he ganado.

Siempre hacemos una ronda final cerca de la casa de Dagger, nuestro líder. Y está claro que Blue y él lo están pasando bien, desde que el omega llegó Dagger cambió.

O más bien se centró en una única cosa, Blue. Nunca habíamos tenido un omega con nosotros, y es la cosa más bonita y tierna que he visto en mi vida, a todos nos gustó, pero Dagger se volvió loco por él.

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