Capítulo 17. Un trato justo

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Oven

Estamos jodidos, estamos completamente jodidos.

Estamos jodidos y con un omega dentro de casa, bueno de la casa de Hammer, que yo aquí estoy solo de paso.

Hammer apesta, literalmente está sudando como un cerdo, y el omega cotilla parece que va a colapsar de tanto estrés alfa.

Y a Hammer parece que se le va a romper la mandíbula.

—Vale, nos has visto, ¿qué vas a hacer con esta información? —digo, puesto que nadie habla tendré que hacerlo yo.

Creo que Hammer se ha destrozado una muela, pero Blue, me mira a mí sorprendido.

Lo mismo ha tenido un derrame cerebral, si nos cargamos al omega del líder sí que podemos darnos por muertos. Follarte a un gamma es una mierda al lado de cargarte a un omega.

—¿Estáis juntos? —pregunta con una vocecita insoportable.

Vale que es precioso, pero eso no tiene mérito ninguno, es como darle mérito a un alfa por ser grande, la puta naturaleza los hace así.

—Follamos, y bastante. —La mano del agobiado se cierra en mi pecho, creo que la embolia le va a dar finalmente a Hammer, pero Blue se ríe, y eso no nos lo esperamos ninguno de los dos.

—Eres gracioso —dice sonriéndome.

A mí, parece que ha venido a verme la mismísima Diosa, no suelen decirme eso, más bien que me calle.

—Blue, yo prometo... —comienza a decir Hammer solemne y culpable. Alfa, has perdido tres puntos conmigo, por cobarde y cagado.

—No, no, la culpa es mía —se excusa el cosito lindo—, le vi entrar a hurtadillas por la ventana y pensé que alguien podría querer hacerte daño.

Hammer me mira, ¡atrapado! Una cosa es que se haga el loco a mis escapadas, otra que me pillen.

—Eso ha sido peligroso, si vuelves a ver algo así tienes que llamar a un alfa. —Hammer le está riñendo, este alfa riñe a todo el mundo, ¡qué pesado!

—Si llego a llamar a un alfa —le señala el omega—, esta conversación sería bien distinta.

Joder con el omega, ya me va cayendo mejor. No sabía que estas criaturas supieran hacer algo más que brillar belleza y escurrir cursilería.

—En mi antigua manada a veces pasaba —aclaró—, no mucho, pero a veces pasaba.

Tenemos que tener cara de haba porque él vuelve a sonreír y a explicarse.

—Alfas y gammas. —Ahí sí que nos ha pillado por sorpresa.

—No es que fuera muy bien visto —me mira como con cara de disculpa—, pero a veces los alfas necesitan lo más parecido a un omega.

Yo me parezco a un omega como un huevo a una castaña, pero oye, este está diciendo que no somos una completa aberración.

—Aquí no está permitido. —Yo de ser Hammer me hubiera callado ese dato, pero Blue más tarde o más temprano se va a enterar.

—Es una pena, hacéis una linda pareja.

Yo bufo, y Hammer se queda mascando muelas.

Yo en la abuela y en Mop confío mi propia vida, pero a este bollito de leche lo acabo de conocer, y perdona, pero no me fío ni de mi puta sobra.

—Podemos hacer un trato —me adelanto— ¿qué quieres por no contarlo?

Hammer cabecea, y Blue me mira horrorizado.

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