Capítulo 34. Unidos

3K 380 88
                                    

Dagger

No lo podía creer, sencillamente no podía creerlo, hasta que no lo he visto con mis propios ojos, hasta que su olor ha penetrado hasta decirme que es verdad.

Mi Primero con un gamma, protegiéndolo con su cuerpo, como solo un alfa haría con su omega.

Y el omega que le corresponde abandonado en una habitación mientras es imposible no escucharlos.

Mi decepción con mi alfa es tan grande, y su ofensa tan elevada que desnudo mis dientes.

Hace años que no tengo un enfrentamiento directo en mi manada, mucho menos con uno de mis primeros.

Pero Hammer está provocando que desgarre su garganta, su postura dice que morirá antes de dejarme pasar ni un paso más.

Veo como el gamma se mueve dejando la cama, un reflejo brillante que se escapa cuando siento un cuerpo pequeño delante de mí.

Bajo la mirada y veo a mi omega, Blue tiene las manos sobre mi pecho y está hablando.

—No lo hagas, por favor —escucho finalmente, pero no quiero que Blue esté aquí, no cuando estoy a punto de arrancarle la cabeza a uno de mis amigos, de mi Primero, el hombre al que le hubiera confiado mi vida y la de mi omega.

Y entonces lo veo, veo como protege a ese chico, como este lo que tiene en sus manos es un cuchillo, y también está dispuesto a luchar por él.

Miro a Blue, que me abraza y no puedo evitar rodearlo con mis brazos y olerle, él me devuelve la calma, me hace tranquilizarme y todo el ambiente cambia.

—Hablaremos, pero no ahora —le digo a Hammer con dolor en la garganta por lo grave de mis anteriores gruñidos.

No he visto a Axe apostado a escasos centímetros en posición de lucha.

No veo al resto de alfas a mis espaldas listos para atacar.

Esto es un desastre, ¿en qué demonios está pensando el jodido Hammer?

Pero lo veo abrazar al gamma, que a pesar de lo pequeño y apestoso que es, luce fiero, Hammer le ha quitado el cuchillo y besa su cabeza, para luego mirarme. Pasa de la amenaza a la súplica solo en un parpadeo, y noto que nuestras posturas son similares, que sus brazos rodean al que él considera su pareja como yo lo hago con Blue.

—Nadie le hará daño —dice antes de que yo me vaya—. Dagger, que nadie le haga daño, por favor.

Miro al gamma, si tuviera un mínimo de sentido común esa criatura no me estaría mirando fieramente, no me estaría retando cuando su alfa me está implorando por su vida.

Vuelvo a mirar a Hammer, pero no le aseguro nada, no hasta que él y yo hablemos como es debido.




Axe

Acompaño a Dagger, está tan alterado, lo entiendo, lo que hemos visto allí adentro es extraño, antinatural. Pero de eso yo entiendo bastante, demasiado.

—¿Qué está ocurriendo? —me dice Dagger derrotado sentado en el salón de mi cabaña— ¿Qué demonios está ocurriendo?

—El amor... —comienzo, pero él me calla con una mirada.

—El amor se crea día a día, yo amo a Blue con todo mi ser, él es lo que yo necesito y yo lo que él necesita.

Me muerdo los labios, lo sé bien.

—Hay un precioso omega ahí —continúa Dagger, señalando a la que sé es su casa.


De hecho hay dos preciosos omegas allí, pienso.

GammaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora