Capítulo 51. Familia

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Blue


Cuando despierto estoy en nuestra cama, pero siento mi cuerpo completamente pesado.

Trato de incorporarme pero no soy capaz, lo huelo, y lo siento antes de verlo.

—Estoy aquí —Dagger aparece ante mi campo de visión, tiene algunas heridas curadas en su rostro, pero mi alfa está bien.

Sonrió, hasta que la sonrisa se me congela en los labios. La fiesta, el dolor, el caos.

—Todo esta bien, ya ha pasado —me dice él besando mi frente—. Y tú estás de vuelta, conmigo, mi omega.

Hay alegría en su voz, pero tristeza en sus ojos.

—¿Qué ha pasado? —Me duele la garganta, mi voz suena extraña.

—Nos envenenaron y atacaron, pero nuestra manada nos protegió —el orgullo en su voz es manifiesto, su sonrisa me hace sentir bien— los gammas nos salvaron.

Eso sí que no lo esperaba, en el momento que todos a nuestro alrededor comenzaron a sentirse mal supe que algo muy malo estaba pasando, pero después de aquello, no recordaba nada.

—¿Todos están bien? —pregunto sonando poco a poco a mí mismo.

—No todos sobrevivieron, pero sí la mayoría —dice abatido mi alfa, el líder de la manada.

Noto mi cuerpo débil, pero quiero incorporarme. Y Dagger me ayuda, solo consigo sentarme sobre el lecho, pero se siente bien.

—Blue, hay algo que tengo que decirte.

No hace tanto que en realidad nosotros nos unimos, no tanto desde que llegué a esta manada pero sí hemos pasado por infinidad de situaciones, más de las que podría esperarme.

He visto a Dagger feliz, enfadado, excitado y furioso. Lo he visto arrepentido y orgulloso, pero la tristeza, esta tristeza es la primera vez que la veo en sus ojos.

—El bebé no lo superó. —Y nunca cinco palabras pudieron hacer tanto daño— Lo siento.

Mi alfa me abraza, pero no consigo digerir la noticia, ¿el bebé? ¿mi bebé?

Acarició su pelo largo y oscuro, uno que conozco bien, lo acaricio mientras siento sus lágrimas en mi pecho.

¿Mi bebé?

Dagger se aparta, yo sigo en shock, incapaz de asimilar la noticia.

—Blue, siento no haberos podido proteger a los dos.

Pero no consigo conectarme con él, no consigo conectarme con nada.

¿Mi bebé ya no está? Toco mi vientre, igual que siempre, sin cambios, pero sé que no superó los tres meses, sé que ya no está, sé que estoy solo.

Cierro los ojos y reposo la cabeza en las almohadas, solo quiero dormir, quiero despertarme y sentir que todo ha sido un sueño.

Salvo que cuando despierto no lo es, nada ha sido un sueño.




Dagger


Mi manada ha sobrevivido, y por un momento pensé que no sería posible.

Aún recuerdo los ojos amarillos de esa hembra gamma, su cuchillo en mi garganta, y mi omega inconsciente.

Después supe que quienes nos habían salvado fueron los gammas, los que habían corrido a ayudar a los alfas conscientes suministrándoles un remedio contra una seta tóxica que nos habían engañado a comer.

Supe que Axe había tomado una de las decisiones más sabias al mandar pequeños grupos de alfas fuera de nuestras murallas, fuera de los destacamentos señalados. Esos alfas, armados y en todas sus capacidades habían atacado desde fuera, pero los que lo habían hecho desde dentro habían sido los gammas.

Mano a mano con los alfas y algunos betas que habían podido recuperarse.

Y yo siempre estaría en deuda con ellos, porque cuando pudieron cobrarse los años de injusticia, ellos nos defendieron.

Si ya estaba iniciado el cambio, si ya las cosas tenían que cambiar, ahora nos habían dado a todos una lección de lealtad que nunca olvidaríamos.

Un grupo de gammas protegieron a mi omega, con sus cuerpos, con sus utensilios de cocina, con sus vidas.

Pero aún así, no pudieron hacer nada por la vida de nuestro futuro hijo, la intoxicación en Blue fue mucho más fuerte, pero no fue el único que esa noche, perdió la vida que llevaban dentro.

Algunas betas lo superaron, otras no.

Pero doy gracias a la Diosa por traerme a Blue de vuelta, por dejarme quererlo y tenerlo a mi lado, por poder apoyarle en lo que nos quede de vida.

Han pasado tres días desde que despertó, y en ninguno de ellos me he despegado de su lado, pero él no quiere abandonarlo, no quiere dejar de dormir.

Y me siento impotente en no poder ayudarlo, en no haberlo ayudado antes.

Soy su alfa, soy su líder, y solo quiero tumbarme con él y abrazarlo hasta que todo esto pase.

Desgraciadamente no puedo hacerlo, la manada nos necesita, nos necesita a los dos.

—Blue, tenemos que levantarnos —le susurro besándole el cabello oscuro.

Pero él solo se acurruca contra mi pecho, mi omega tiene el corazón roto, y sé cuánto le duele.
— No puedo. —Y sé que es verdad, que no puede, no hay un omega más decidido que el mío, le necesito de vuelta, a mi lado, pero aún no puede hacerlo.

—Volveré en unas horas.

Él solo cierra los ojos, y vuelve a dormirse.

Cuando salgo de nuestra casa, parece como si no hubiera pasado nada, el sol está en lo alto, el suelo es firme bajo mis pies.

Los restos de la lucha han desaparecido, se ha trabajado mucho para que fuera así, pero los cuerpos de nuestros muertos necesitan una ceremonia oficial, necesitamos despedirlos correctamente.

A mi lado aparece Axe, su mano acaricia mi hombro. Hoy más que nunca le necesito, necesito a mi segundo, a su lado, siempre fuerte, Saw me sonríe.

Pero el alfa que se coloca a mi otro lado es el que me falta para sentir que todo va a estar bien.

Mi primero, Hammer, toca mi otro hombro.

Mis primeros están conmigo, y con ellos sé que podremos solucionarlo todo. Un líder no es nada sin sus alfas, un hombre no es nada sin su familia.


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Lo pensé mucho antes de darle este momento a Blue, pero siempre pensé que ocurriría esto, lo siento.


Han ganado, pero no sin costes, aún así, la vida sigue, siempre.


Sigo escribiendo, pero me gustaría acabar la historia la semana que viene, ¿puede que haya capítulos más días de los habituales? Puede.


Besos

Sara

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